El tipo de interés deudor de Francia superó brevemente el de Grecia el miércoles en los mercados, una situación sin precedentes que refleja los temores de los inversores sobre la situación política francesa.
En el mercado de bonos, donde se negocia la deuda ya emitida, el tipo de interés de Grecia a diez años se situaba en el 3,02% hacia las 14:15 GMT, al igual que su equivalente francés.
Más temprano en la sesión, el tipo francés alcanzó el 3,05%, marcando una diferencia a favor de Grecia, mínima, pero simbólica, más de diez años después de la crisis de la zona euro.
Esto significa que el mercado hoy cree que hay tanto riesgo en prestar a Francia como a Grecia.
“Francia tiene margen de maniobra, por supuesto, pero el símbolo está ahí”, comentó Aurélien Buffault, gestor de bonos de Delubac AM, entrevistado por la AFP.
“Se trata de dos trayectorias divergentes de las finanzas públicas: Grecia se está recuperando después de haber quebrado y haber sido puesta bajo la supervisión del Fondo Monetario Internacional (FMI)”, continuó.
El martes, la brecha entre las tasas de endeudamiento francesas y alemanas alcanzó su nivel más alto desde 2012.
El deterioro de las finanzas públicas de Francia, en cambio, “se ha agravado a causa de la crisis del Covid-19, pero en realidad se trata de una deriva que dura mucho tiempo: el país perdió su triple A en 2012 y no tiene desde entonces dejó de ver rebajada su calificación”, detalló el directivo.
El viernes, Francia volverá a ser puesta en la mira de la agencia de calificación S&P Global Ratings, después de haber recibido advertencias de Moody’s y Fitch en octubre.
La decisión de S&P Global Ratings se produce cuando el ejecutivo lucha por convencer de la pertinencia de su propuesta de presupuesto para 2025, cuyo objetivo es restaurar unas finanzas públicas muy degradadas.
El gobierno prevé utilizar el artículo 49.3 de la Constitución para aprobar sin votación los presupuestos de la Seguridad Social y del Estado, arriesgándose cada vez a ser anulados por una moción de censura de la izquierda, que la RN amenaza con apoyar.
Sin embargo, “Francia tiene una de las deudas mejor gestionadas del mundo y se considera muy líquida, lo que significa que se puede comprar y vender muy rápidamente, un factor muy positivo”, matiza Aurélien Buffault.
“A pesar de las numerosas señales de alerta, Francia no está al borde del precipicio y sigue siendo un país estructuralmente bastante rico”, añadió el gestor de bonos.