Apuntaba la tarde a tener un protagonista único e ineludible en El Sadar: Ante Budimir. El croata fue la viva imagen de una excepcional primera mitad de Osasuna. Pero, como en una buena película, siempre aparece un antagonista y ese fue Gerard Moreno. El internacional español fue un dolor de muelas para los rojillos y acabó por amargar la tarde a Budimir, a Osasuna y a todo El Sadar.
No puede conformarse el osasunismo con centrar todos los tiros en un Munuera Montero que estuvo a un nivel ínfimo pero para ambos equipos. El árbitro sumó acciones la mar de extrañas y tuvo un permiso excesivo en las entradas sobre Aimar Oroz, al que pulieron a golpes. Pero el penalti en contra es tan penaltito, como el de a favor. Torró, que venía de hace run partido notable, se equivocó agarrando al jugador del Villarreal y ya está. Que podía haber señalado cualquiera de la otra veintena que se produjeron en esa jugada de un lado o del otro, pero los rojillos nunca debieron llegar a esa situación con el partido cómo lo tenían.
El problema está en que Osasuna concedió demasiado en la segunda mitad. El cambio de Gerard Moreno le dio la vuelta a un partido que hasta entonces había sido placentero para los rojillos. Incluso gozoso. Todo a lomos de Budimir, pero sobre todo de un planteamiento atrevido y agresivo en la presión que provocó que el Villarreal fuese un equipo menor, cuando venía exhibiendo un juego tremendo en las jornadas anteriores.
Pero a los rojillos les faltó agilidad para entender que el partido había cambiado y luego algo de energía desde el banquillo. De las pocas cosas preocupantes que tiene ahora mismo Osasuna es la sensación de brecha que se está creando entre los que juegan muy habitualmente y los que no. Y esto va a ser difícil cambiarlo si alguno no sale con una intensidad más alta cuando le toque, sea para los minutos que sea.
Otro punto más a la saca en un partido que dejará para el recuerdo la lucha entre dos delanteros de talla tremenda y la sensación de que a Osasuna se le escaparon dos puntos que habrían ayudado a acercarse al objetivo principal pero, sobre todo, a aumentar el sueño de una temporada histórica. Una pena, aunque el recuento sigue siendo muy favorable.
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