Nuevo revés para el FC Barcelona. Derrotado por la Real Sociedad antes del parón internacional, el equipo de Hansi Flick firmó su primer empate de la temporada en La Liga sobre el césped del Celta de Vigo (2-2). Los blaugrana, lejos de hacer gala de un control total, se adelantaron 2 goles a 0, antes de que la expulsión de Marc Casado permitiera a su rival volver al partido. El Barça está cinco puntos por delante del Atlético de Madrid en la clasificación, pero éste es el segundo partido consecutivo sin éxito.
Al FC Barcelona se le escaparon dos puntos por el camino y nadie podrá hacerse el sorprendido ante el aspecto del partido. Los catalanes estaban muy contentos de estar por delante en el descanso, tras otro gol del inevitable Raphinha (0-1, 15). Porque sus compañeros tuvieron dificultades para dominar los debates, e incluso podrían haber concedido el primer marcador tras una recuperación de Iago Aspas que mereció algo mejor (4º). El Celta de Vigo también puede lamentar algunas decisiones arbitrales polémicas, que podrían haber resultado en una penalización (28º) o la exclusión de Gerard Martín (45º).
Koundé pesa al Barça
Los catalanes vivieron así un primer tiempo extraño y su falta de serenidad acabó pagándose con dinero, aunque pudieron ponerse a cubierto gracias a Robert Lewandowski (0-2, 61) y Raphinha remató un balón con el 3-0. el puesto (77º). Sin embargo, a pesar de estos pocos destellos de brillantez, y a fuerza de jugar con fuego, en particular con esta línea defensiva muy alta, el FC Barcelona sufrió una remontada, facilitada por la expulsión de Marc Casado (82º).
No hacía falta prometer más al Celta de Vigo, que ya había puesto grandes exigencias a Iñaki Peña. Alfon también puede agradecer una aproximación de Jules Koundé, que le permitió reducir el marcador (1-2, 84º). Dos minutos después, casi inmediatamente, una acción bien ejecutada fue perfectamente culminada por Hugo Álvarez (2-2, 86). En el 10 contra 11, privado de Lamine Yamal, el FC Barcelona ya no podía esperar mucho. Y este empate parece finalmente un mal menor antes de desafiar al Stade Brestois, un auténtico espantapájaros en la Liga de Campeones.