Viernes, 22 de noviembre 2024, 01:00
Zubieta nunca falla. Después de todo lo que ha rodeado el estreno de la Real en Copa, los problemas en la convocatoria con los internacionales y los lesionados de última hora, Imanol tiró de la casa para resolver el duelo en Alicante. Salió con diez canteranos en el once inicial, Sergio Gómez fue el único foráneo de la alineación, y dos jugadores aún del Sanse: Beitia y Balda.
Hasta nueve potrillos integraron la expedición txuri-urdin que viajó a tierras alicantinas, por lo que se había generado una gran expectación por conocer el papel que iban a desempeñar cada uno de ellos en cuanto el balón echase a rodar en el Rico Pérez. Eso sí, había que hilar muy fino para no caer en la trampa de la alineación indebida, esto es, el conjunto blanquiazul tenía que contar en todo momento sobre el césped con un mínimo de siete jugadores con ficha del primer equipo. Marín, por ejemplo, que fue titular, contabilizaba como jugador del filial. A pesar de estar en la estructura del primer equipo y estar considerado como uno más en la plantilla para Imanol, el riojano no dispone todavía de ficha del primer equipo.
Así pues, el oriotarra prefirió pecar por exceso que por defecto a la hora de confeccionar su once, dando entrada a ocho jugadores del primer equipo y manteniendo un banquillo más reconocible en el conjunto de Sergio Francisco que en el del oriotarra. Hasta siete potrillos aguardaban su turno en el banco mientras observaban a sus compañeros a los que les había correspondido el honor de saltar al césped desde el inicio.
Balda y Beitia tuvieron un debut plácido con el primer equipo. El primero, como lateral izquierdo, y el segundo, como central derecho, vivieron un bautizo de lo más tranquilo, porque la línea defensiva apenas se vio exigida en la primera mitad. Tan solo algunos acercamientos por las bandas y un par de saques de esquinas a la media hora de juego comprometieron tímidamente a los zagueros realistas en la noche de ayer. Por esta razón, protagonizaron muchas más jugadas de ataque con balón, que intervenciones propiamente defensivas.
Un despeje con la cabeza de Balda tras un centro lateral desde la banda derecha y una recuperación tras sufrir un autopase de un rival fueron las acciones más demandadas para el lateral de Anoeta de 22 años que ya se había estrenado en amistosos con los mayores y tiene la costumbre de entrenar a las órdenes de Imanol cuando es necesario.
Beitia, ni eso. Se dedicó a mover el balón en fase de construcción, no solo con envíos horizontales de seguridad, también se atrevió a romper líneas con pases verticales. Demostró buen pie y no se arrugó para cometer faltas cuando se vio fuera de posición. Seguro que se ha visto bastante más exigido en todos los encuentros de esta temporada en Primera RFEF, que en el choque de ayer.
En la segunda mitad, con el partido sentenciado, Imanol decidió adelantar la posición de Balda para que actuara de extremo izquierdo, un puesto que también se le hace familiar. El canterano se pudo proyectar todavía más en ataque en el segundo acto. Ya no tenía que doblar a Barrenetxea por fuera, el gran protagonista de la primera mitad, sino que tenía el campo despejado para ganar línea de fondo y pisar área rival.
Mariezkurrena, el tercero
Fue sustituido en el minuto 66 para dejar su lugar a Goti, otro de los debutantes y uno de los potrillos que más ilusión había despertado para ver en el choque. El vizcaíno no faltó a su cita con el gol, esta vez su ejecución fue más sencilla que la del día del Real Unión. Eso sí, también anotó con la derecha, su pierna menos hábil.
El talentoso centrocampista demostró su habilidad con el balón entre los pies desde la zona de la mediapunta. Minutos antes de su entrada al campo compareció Mariezkurrena, el tercer debutante de la noche por orden de aparición. El astigartarra se colocó primero como delantero, pero finalmente se acomodó en el costado izquierdo para devolver la punta a Magunazelaia.
Por momentos daba la sensación que se retransmitía un partido del Sanse por la televisión, con esa concatenación de pases entre Goti, Mariezkurrena, Beitia, con otros que no hace mucho estaban en esa misma posición como Olasagasti, Marín, Magunazelaia, Turrientes o Pacheco. El juego de la Real fluía pese a la ausencia de los internacionales, porque las raíces de todos los que estaban presentes en el Rico Pérez habían surgido del mismo árbol.
Rupérez se unió a la fiesta de Zubieta en el tramo final reemplazando a Beitia. Excepto Sergio Gómez, todos los que se vistieron ayer de corto han pasado por el Sanse. Zubieta siempre está cuando se le necesita.
Este contenido es exclusivo para suscriptores
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión