Después de RN, la izquierda amenaza a su vez con la censura gubernamental si el presupuesto no sale como quiere, aumentando la presión sobre Michel Barnier, debilitado también internamente por los macronistas, incluido su propio Ministro de Economía.
En una columna publicada el jueves en Le Monde, los líderes del Nuevo Frente Popular advierten a Michel Barnier que “si persiste en querer eludir el Parlamento y pisotear la votación de los franceses del 7 de julio para imponer su presupuesto por 49,3, nuestros grupos parlamentarios presentarán una moción de censura”.
El texto, que pretende mostrar la unidad de la izquierda, está firmado por Manuel Bompard (LFI), Olivier Faure (PS), Fabien Roussel (PCF), Marine Tondelier (Les Écologues) pero también Lucie Castets, siempre presentado como “ candidato del Nuevo Frente Popular en Matignon”.
Una manera de recordarnos, un día después de las declaraciones de Marine Le Pen amenazando con votar a favor de la censura “si se reduce el poder adquisitivo de los franceses”, que la izquierda es la principal fuerza de oposición, aunque no pueda derrocar al gobierno sólo con la apoyo de la RN.
Los dirigentes de izquierda apoyan el presupuesto “profundamente transformado en la Asamblea bajo nuestra dirección” en primera lectura – pero rechazado durante la sesión – y que “permitió mejorar las condiciones de vida de la gran mayoría de los franceses descansando el esfuerzo sólo en las empresas más grandes y ricas.
Al igual que Marine Le Pen, los líderes parlamentarios de izquierda serán recibidos en Matignon a principios de la próxima semana, pero es poco probable que salgan satisfechos.
– ¿Censura y después? –
La posibilidad de una crisis financiera, agitada por el Ejecutivo en caso de rechazo del presupuesto, al igual que el llamamiento “a la estabilidad” lanzado por Emmanuel Macron desde el G20, apenas parece influir sobre ellos.
Sobre todo porque, según una encuesta de Elabe, el 51% de los franceses – entre ellos el 61% de los votantes del RN y el 72% de los votantes del NFP – quieren una moción de censura.
Sin embargo, los dirigentes de izquierda no mencionan en su foro una estrategia común tras el derrocamiento de Michel Barnier.
Aunque Lucie Castets sigue siendo su candidata oficial, Olivier Faure indicó en BFMTV que no cree que Emmanuel Macron le llame a Matignon.
Si una parte de los socialistas pudiera apoyar el nombramiento de Bernard Cazeneuve, esto implicaría una alianza con el bloque central que los dividiría y sería rechazado por el resto del NFP. Y, en caso de una crisis prolongada, Olivier Faure considera que una elección presidencial anticipada “no sería una buena solución”, a diferencia del LFI, que confía en imponer la candidatura de Jean-Luc Mélenchon.
Como prueba de que la confianza es frágil, los socialistas son sospechosos de doble juego por parte de sus socios. “Si los socialistas faltan al llamamiento (sobre la censura), sería un mensaje extremadamente negativo”, advirtió la ecologista Sandrine Rousseau en France Info.
– ¿Los macronistas afuera? –
Michel Barnier también tiene que lidiar con el enfrentamiento entre macronistas y LR dentro de su propia coalición, algo inusual en Francia.
El Ministro de Economía, Antoine Armand, desató así una minitormenta al oponerse a su Primer Ministro sobre la eliminación de las reducciones de las contribuciones empresariales – incluso reducidas de cuatro a tres mil millones de euros por el Senado – que disgustan a Gabriel Attal, para quien van en contra de política de oferta sostenida desde 2017.
Si Antoine Armand recibió el apoyo de su homólogo macronista de Industria Marc Ferracci, en RMC fue abordado por el de Transportes, LR François Durovray, para quien “debemos expresarnos como familia, no desde afuera”.
Y Armand reavivó las especulaciones sobre una salida del gobierno macronista diciendo que era “sobre todo” un miembro de la familia “Juntos por la República” antes de ser “ministro de Michel Barnier”.
“No podemos asociarnos con decisiones que van en contra de todo lo que hemos apoyado”, admite un parlamentario macronista.