Instalado en Tokio Desde hace varios años, Jay (Romain Duris) trabaja en una empresa de taxis. Mientras piensa en regresar a Francia, recibe a una de sus compatriotas, Jessica (Judith Chemla), separada de su compañero japonés, que busca volver a ver a su hijo. Jay calma su entusiasmo y le explica que en Japón, no se trata de hablar de sustracción parentaly que la policía no intervendrá en su favor… ¿Cómo es que Jay domina tan bien el tema? Porque, desgraciadamente para él, lleva mucho más tiempo experimentando la misma frustración que Jessica, razón por la que se quedó en Tokio, con la esperanza de volver a ver a su hija.
Es un eufemismo decir que Guillaume Senez está atormentado por la paternidad : en su primer largometraje, “Sooner”, interpretó a una pareja de adolescentes que eran padres demasiado jóvenes, en “Nuestras batallas”, contó la historia de la consternación de un padre abandonado por su esposa deprimida, y esta vez, él ataque a la espinosa cuestión de la sustracción por parte de los padres. Lejos de firmar una película con una tesis demostrativa, pone en escena un largometraje íntimollevado por la presencia muy convincente de Romain Duris. Con modestia, con pequeños toques progresistas, Senez dibuja el retrato de este hombre necesitadoque persevera en su búsqueda en una ciudad cuyas reglas ha logrado asimilar, pero donde el choque de culturas sigue siendo doloroso. Con “A Missing Part”, el cineasta belga demuestrauna muy buena maestríay la película resuena con una emoción contenida.
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