La aplicación del plan para construir 15.000 plazas penitenciarias adicionales hasta 2027 llega “muy tarde”, declaró el martes el ministro de Justicia, Didier Migaud, precisando que su realización no debería tener lugar “antes de 2029, en el mejor de los casos”.
En una audiencia ante la Comisión de Derecho del Senado sobre el presupuesto de Justicia para 2025, el Ministro de Justicia insistió en las “dificultades” encontradas “en el calendario de las grandes obras de construcción”, afirmando que sólo el “42%” de las 15.000 nuevas plazas penitenciarias deberían estar operativas. en 2027, o 6.421, “si todo va bien”.
“La finalización del Plan 15.000 no será operativamente posible antes de 2029, en el mejor de los casos”, indicó también. Según él, la causa son “factores exógenos”, como los “peligros técnicos y medioambientales”, las cuestiones de “suministro”, así como la “fragilidad del tejido económico”.
Lanzado en 2017 por Emmanuel Macron, este plan preveía la construcción de 15.000 nuevas plazas carcelarias para limitar el hacinamiento carcelario, crónico en Francia desde hace años. Pero el calendario es muy retrasado, ya que sólo “un tercio” de las plazas prometidas se han entregado “en la actualidad”, añadió Didier Migaud.
El objetivo incluso se amplió a 18.000 plazas carcelarias adicionales durante la votación del proyecto de ley “Orientación y programación del Ministerio de Justicia 2023-2027” en el Parlamento en julio de 2023.
“Nos esforzaremos en actuar sobre todas las palancas para intentar mejorar el resultado que podríamos obtener en 2027”, subrayó el ministro de Justicia, que ya había indicado el 10 de noviembre que el objetivo no se alcanzaría en 2027.
El 1 de octubre de 2024, el número de presos en Francia alcanzó un nuevo récord con 79.631 personas encarceladas frente a las 78.969 del mes anterior, y una densidad penitenciaria media que se sitúa actualmente en el 127,9%.
Francia se encuentra entre los países de Europa con peores resultados en términos de hacinamiento carcelario, en tercera posición detrás de Chipre y Rumania, según un estudio publicado en junio por el Consejo de Europa.