El extremista de derecha Anders Behring Breivik, que mató a 77 personas en Noruega en dos ataques en 2011, solicitará el martes a un tribunal la libertad condicional por segunda vez, una solicitud que se espera que sea denegada.
Según la ley noruega, este hombre de 45 años puede solicitar la libertad condicional anticipada una vez al año después de haber cumplido 10 años de su condena.
Su primera solicitud de libertad condicional en enero de 2022 fue denegada y el tribunal concluyó que existía un “claro riesgo” de que retomara el comportamiento que condujo a los ataques del 22 de julio de 2011.
“Pide la libertad condicional, pero eso no es tan probable”, dijo a la AFP su abogado Oystein Storrvik antes de la audiencia de tres días que comienza el martes.
Breivik se dirigirá personalmente al tribunal durante la audiencia, celebrada en el gimnasio de la prisión de Ringerike por motivos de seguridad.
En el pasado ha utilizado sus comparecencias ante los tribunales para expresar sus opiniones extremistas.
“Queremos que el tribunal considere su progreso, tiene derecho a… desarrollarse y tener mejores condiciones de vida para que pueda tener algún tipo de futuro”, dijo Storrvik.
Breivik fue sentenciado en 2012 a 21 años de prisión, la sentencia más dura impuesta en Noruega en ese momento y que puede ampliarse siempre que se le considere una amenaza para la sociedad.
Ha estado recluido aparte de otros reclusos en instalaciones de alta seguridad durante más de 12 años.
En febrero de 2024, perdió una demanda interpuesta contra el Estado noruego en la que argumentaba que su aislamiento prolongado constituía una violación del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que prohíbe los tratos “inhumanos” y “degradantes”.
El Estado argumentó que sus condiciones estrictas, pero cómodas, estaban justificadas debido al “riesgo extremo de violencia totalmente desenfrenada”.
El 22 de julio de 2011, el ultraderechista detonó un camión bomba cerca de oficinas gubernamentales en Oslo, matando a ocho personas, antes de dirigirse a la isla de Utoya, donde, disfrazado de policía, mató a tiros a otras 69 personas, en su mayoría adolescentes. asistiendo a un campamento de verano del ala juvenil del Partido Laborista.
Dijo que mató a sus víctimas porque abrazaban el multiculturalismo.
Storrvik dijo que psicólogos externos habían realizado una evaluación integral de Breivik por primera vez en 12 años y presentarán su informe de 109 páginas al tribunal.
Storrvik se negó a revelar sus conclusiones, pero dijo: “Creo que puede ser útil para nosotros”.
La fiscal Hulda Olsen Karlsdottir dijo a la agencia de noticias NTB que el informe no ha cambiado su opinión.
“La nueva evaluación no ha cambiado la opinión de la fiscalía sobre la cuestión de su liberación”, afirmó.
Durante audiencias judiciales a principios de este año, Breivik dijo que estaba deprimido y adicto al Prozac, y que en ocasiones rompía en sollozos.
La fecha del fallo del tribunal aún no se ha fijado.
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