Pedri y Zaragoza encienden a España | Fútbol | Deportes

En una noche mágica para Tenerife, con el regreso de la Roja a la isla, el duelo lo marcaron los penaltis. Una suerte a veces dulce y otras amarga para una hinchada que disfrutó de la victoria de España ante Suiza (3-2), como también de la presencia de un omnipresente Pedri y, sobre todo, del fútbol tan pícaro como divertido de Bryan Zaragoza.

La afición en Tenerife quería que la fiesta fuera completa. Entonces, no solo tenía que ganar España, sino que también tenía que marcar un canario. Ninguno, entonces, mejor que Pedri. El azulgrana, nacido en Tegueste, solo había jugado un partido en el Heliodoro Rodríguez López y lo había hecho con la camiseta de Las Palmas. Por eso, cuando Morata buscaba firmar su gol número 38 con España para alcanzar nada menos a que su ídolo Fernando Torres, la afición comenzó a cantar el nombre de Pedri. El capitán no dudó, no lo acostumbra a hacer cuando se trata de repartir juego. Pero Morata no pudo atrapar al Niño ni Pedri convertirse en el primer canario en firmar un gol con la camiseta de España en el Archipiélago. ¿Algún problema? Ninguno, el rebote lo pescó otro canario, Yeremy Pino, que mandó el balón a la red.

Ocurrió, sin embargo, que el penalti fallado por Pedri no fue el único que marcó el duelo en Tenerife. Faltaba aún más suspense en el archipiélago. Cuando el partido parecía cerrarse en favor de la Roja, Fabián intentó rechazar el cuero en el área de España y terminó por derribar a Sierro. Era el minuto 85 y Zeqiri no falló desde los 11 metros. Fue en ese momento cuando la noche de la fiesta de Pedri y la Roja amenazaba con teñirse de una dulce amargura en Tenerife. Pero había un regateador por naturaleza que tenía algo que decir: apareció Bryan Zaragoza para colarse en el área a pura gambeta y forzar un nuevo penalti. El tercero del duelo, el definitivo para que España cantara la victoria.

En el Heliodoro Rodríguez López, el rugido de la afición tras el último penalti marcado por Zaragoza fue tan espectacular para clamar por Pedri como también lo fue su silencio cuando el canario se revolcaba en el suelo tras el fuerte pisotón de Amdouni. No había dudas en Tenerife: la ilusión de la hinchada era proporcional a la de Pedri, dispuesto a tomar el control del fútbol de España para comenzar a recuperar su cartel de intocable en el once de Luis de la Fuente, en duda desde que Dani Olmo aprovechó su momento en la Eurocopa, justamente tras la lesión del 20, también vestido de jugador estelar en la victoria de la Roja ante Dinamarca en Copenhague. Pedri no fue el único futbolista activo en Tenerife, aparecieron también los extremos: Yeremy Pino, Bryan Gil y Brian Zaragoza despertaron a la afición de Tenerife, sobre todo los delanteros del Girona y Osasuna, atrevidos y descarados cuando peor lo pasaba España tras el empate de Monteiro.

Pedri y Zaragoza electrificaron en Tenerife, en una noche que insinuaba con destilar cierta pereza para España y Suiza. La Roja no solo llegaba al duelo de Tenerife con el visado sellado a los cuartos de final, sino que también se había asegurado el primer puesto del grupo. Suiza, en el lado apuesto, estaba descendida. Pero De la Fuente y Murat Yakin se encargaron de borrar las sospechas de desidia. Y lo hicieron desde el vestuario: sacudieron los onces para agitar la competencia. Suiza lo necesitaba para recuperar su prestigio, España para darle la razón a De la Fuente, que asegura tener hasta tres equipos titulares.

Pedri, entonces, no fue el único futbolista español que se tomó en serio el duelo en Tenerife. Era la idea de De la Fuente que para eso hizo debutar a Paredes, Samu y Barrios, mientras que a Casadó le colocó de titular después de jugar 20 minutos frente a Dinamarca. Y, como en una selección que parece tener descanso para años con la presencia de Lamine Yamal (17 años) y Nico Williams (22) en los extremos, en Tenerife levantaron la mano Bryan Gil y Brian Zaragoza.