La violencia en Ámsterdam en torno al partido entre Maccabi Tel Aviv y Ajax de Ámsterdam de la semana pasada continúa ensombreciendo el panorama político holandés. La Secretaria de Estado de Beneficios y Aduanas, nacida en Marruecos, Nora Achahbar, renunció a su puesto en el gabinete de Dick Schoof en protesta por lo que describió como comentarios racistas hechos por sus colegas de gobierno.
Según los medios holandeses, la dimisión de Achahbar fue una respuesta al “descontento con los acontecimientos dentro del gabinete tras la violencia en Amsterdam en torno al partido de fútbol entre Ajax y Maccabi Tel Aviv”. En los enfrentamientos, que tuvieron lugar los días 6 y 7 de noviembre en la capital holandesa, participaron aficionados del equipo israelí Maccabi Tel Aviv y seguidores del Ajax Amsterdam.
La emisora nacional holandesa NOS informó que la dimisión «desencadenó una sensación de crisis en el gobierno, que actualmente celebra reuniones de emergencia en Catshuis».
Las fuentes indicaron que la reunión del gabinete del lunes pasado fue especialmente tensa, ya que Achahbar objetó abiertamente lo que consideró declaraciones racistas. También «expresó su preocupación como funcionaria del gobierno por la elección del idioma de sus colegas».
«Comentarios racistas» durante el debate sobre los enfrentamientos entre Maccabi y Ajax
La postura de Achahbar ha planteado dudas sobre la estabilidad de su partido, el Nuevo Contrato Social (NSC), con especulaciones de que otros ministros del partido podrían seguir su ejemplo.
«Si más ministros deciden dimitir, algo que no se puede descartar, la situación podría empeorar drásticamente para el primer ministro Dick Schoof y sus socios de coalición», añadió NOS.
Nora Achhabar, de 42 años, se unió al gobierno en julio después de una distinguida carrera en derecho, que incluyó roles como fiscal, abogada y juez.
El líder de la oposición, Frans Timmermans (Laborista/Verdes), calificó la dimisión de Achahbar como “completamente justificada” y afirmó: “Las declaraciones racistas se han convertido en algo común en este gobierno, erosionando la confianza pública”. También llamó a un debate público sobre el asunto.
Rob Jetten, líder del partido Demócratas 66, se hizo eco de este sentimiento, afirmando que «los comentarios racistas no tienen cabida en la administración estatal» e instando a que se publiquen las actas de las reuniones del gabinete para un debate parlamentario abierto.
Los funcionarios holandeses, encabezados por el Primer Ministro Dick Schoof, se apresuraron a atribuir los incidentes en Ámsterdam a jóvenes de origen inmigrante, calificándolos de antisemitas. Sin embargo, los críticos señalaron que los fanáticos del equipo israelí habían iniciado la violencia, atacando a las comunidades musulmanas, particularmente a los marroquíes, con cánticos antimusulmanes.
Durante el debate parlamentario del lunes sobre los acontecimientos, el líder del partido de extrema derecha, Geert Wilders, fue un paso más allá y atribuyó la violencia a «musulmanes y marroquíes holandeses».