Al margen de las reuniones de los departamentos de Francia, 103 presidentes lanzaron un llamamiento al gobierno, considerando que no podían asumir su contribución al presupuesto requerido para 2025. Kléber Mesquida, residente en Hérault, es un ejemplo.
No pasa un día esta semana sin que un presidente del consejo departamental dé la voz de alarma. “Estamos más que en la niebla, estamos bajo el agua”advirtió este jueves en Midi Libre, Kléber Mesquida, que lamenta una pérdida de 107 millones de euros, “entre mayores costos y menores ingresos”, con un presupuesto anual de alrededor de 1.800 millones de euros.
Por ello, el electo de Hérault firmó, al igual que sus 102 compañeros presidentes, un llamamiento solemne al gobierno – al margen de las reuniones de los departamentos de Francia que terminan este viernes en Angers en presencia del Primer Ministro Michel Barnier -, para denunciar un proyecto de ley de finanzas que “asfixia a los departamentos, garantizando la solidaridad para las personas y los territorios”.
Misiones principales
Estos funcionarios electos evocan un “contribución desproporcionada“de sus comunidades, que deberían asumir, si se aprueba el proyecto de presupuesto del país para 2025, más del 40% de los esfuerzos solicitados a las autoridades locales, es decir, 2.000 millones de euros. “Esta no es una simple decisión presupuestaria, es una ruptura brutal con la solidaridad que une a nuestro país. Es el escudo del mundo rural que se está desmantelando”. Alerta, con palabras bien elegidas, François Sauvadet, presidente de Departamentos de Francia.
Las medidas previstas (un drenaje de 1.300 millones de euros de sus ingresos y la congelación de la dinámica del IVA) serían, para Kléber Mesquida, demasiadas. Aquellos que enviarían a los departamentos al rojo escarlata. “Treinta departamentos ya se encuentran en situaciones muy críticas. Se estima que 85 estarán en la misma situación a finales de 2025. (si el Gobierno sigue adelante con su planteamiento, nota del editor)”, afirmó, enumerando toda una serie de decisiones que, en los últimos años, ya han pesado considerablemente sobre las comunidades responsables de importantes misiones sociales: la protección de los niños, el apoyo a la personas mayores, la distribución de ayudas a la vivienda y la Renta Activa Solidaria (RSA), sin olvidar la gestión de los colegios o de gran parte de la red de carreteras. “Ya no tenemos capacidad para absorber nuevos impuestos sin que esto afecte directamente a la vida cotidiana de nuestros conciudadanos o a nuestra capacidad de inversión”dice François Sauvadet. Para Kléber Mesquida, es sencillo, tendrá que hacer importantes ahorros, en ayudas a los municipios y asociaciones, en las obras que se limitarán en las carreteras. “operaciones de seguridad absoluta”… Lista no exhaustiva.
“Después de 2025, quedan 2026, 2027… Seguiremos atentos”
Sin embargo, el departamento de Hérault, al igual que los de Aude, Gard, Lozère, Pirineos Orientales, Aveyron y Ariège en la región, figuran en la lista de los 20 departamentos de Francia continental y de los territorios de ultramar que no tendrían que contribuir a la esfuerzo financiero para reducir el déficit al nivel esperado, porque ya están en dificultades. “No nos afecta el esfuerzo del 2% sobre los ingresos que nos permitirá mantener todas nuestras políticas y apoyar e incluso votar por ayudas excepcionales. (de 1 M€) en residencias de ancianos en gran dificultad“, se muestra satisfecho el presidente del departamento de Lozère, Laurent Suau, que sin embargo firmó el llamamiento de sus pares “por solidaridad”. “También estaremos atentos, porque después de 2025, viene 2026, 2027…”
En Aude, la presidenta Hélène Sandragné estima el esfuerzo que habrá que hacer en “5 millones de euros sobre un presupuesto de unos 580 millones de euros”. ¿Un mal menor? Excepto que “Con la caída de ingresos ligada a la crisis inmobiliaria, perderemos más de 20 millones de euros”. Esta cifra se estimó en 45 millones de euros en el Gard, donde ya en junio, incluso antes de todos estos debates presupuestarios, la Presidenta Françoise Laurent-Perrigot temía “una situación crítica” futuro. Aquí estamos…