Resurrección milagrosa de Carlos Alcaraz. De la nada al todo en dos días. De un tenista apático, rendido física y mentalmente, a un deportista enérgico e ilusionado, desparramando el talento que permaneció apelmazado el lunes, cuando perdió ante Casper Ruud por 6-1 y 7-5.
El martes ni entrenó. Lo intentó pero se sintió igual de mal que en su estreno deportivo. Hacía un sprint. Ni siquiera esto, con un desplazamiento mediano valía para que acusase la falta de aire. Dificultades para respirar, el pecho tomado. Enfermo desde hace unos días, antes de llegar a Turín.
“Un mal momento para ponerse malo”, lamentó Carlos Alcaraz. De la negatividad del lunes y el martes a la recarga acelerada de fuerza y ambición el miércoles. Estaba contra las cuerdas, se arriesgaba a decir adiós a la posibilidad de las semifinales de las ATP Finals ya en la segunda jornada del Grupo John Newcombeel catarro ofreció una ligera tregua, abrió la rendija por la que se coló un tenista mejorado todavía con la voz tomada pero decidido a aceptar la situación y hallar soluciones sobre la marcha. Con ellos las sensaciones mejoraron, su cabeza y su cuerpo se activaron. El poder de la mente, la capacidad de los elegidos cuando buscan una escapatoria.
Y sigue en la pelea por repetir semifinales en las ATP Finals. No sólo consiguió el triunfo sobre el ruso Andrei Rublevsino que con la contundencia precisa por si hay que echar mano de los triples empates en la jornada final.
Alcaraz, 21 años y nº 3 mundial, batió a Rublev, 27 años y nº 8, por 6-3 y 7-6 (8) en 1h.36′repitiendo lo de doce meses atrás (7-5 y 6-2 en 2023). Mitigó el KO de la apertura, equilibró el número de sets ganados y perdidos (2-2), que es el primer elemento de desempate a tres. Gracias a que levantó un 5-6 y un 7-8 en el ‘tiebreak’. Salvó dos bolas de set que pueden ser muy importantes el viernes. No pudo rematar con 7-6, sí lo hizo con 9-8 . Y lo celebró a lo grande. Para él, una gesta. También liberación.
Recuperó un poco menos en el porcentaje de juegos (19-22). Y, lo mejor de todo, fue él mismo. Jugó como si no hubiera mediado constipado.
Como novedad de cambio de aires, apareció en la pista con una llamativa tirita nasal de color fucsia. Ya se la había puesto en alguna ocasión en Turín, aunque en entrenamientos. Apostó por ella en competición. Echó mano de todos los recursos a su alcance para ser competitivo.
Otro Alcaraz, que enseguida enseñó a Rublev que estaba listo para jugar como él sabe. Se aplicó mucho con el saque, el mejor aliado en una pista indoor y dura, que da puntos rápidos, ayuda a limitar el desgaste también. 10 ‘aces’, ninguna bola de ‘break’ en contra.
Demasiada contundencia para un Rublev que sumó su sexta derrota seguida en unas ATP Finals, que ha llegado saturado al tramo final del curso.
El ruso se salvó en el quinto juego remontando un 15-40 a base de primeros servicios, pero se lió en el séptimo, y entregó su saque. Le entraron las dudas, reforzó a Alcaraz con ese premio, que derivó en una racha de 5-0 para el español.
Se recompuso Rublev en el segundo set. Es un Masters, están los mejores del curso (con la excepción por decisión propia de Novak Djokovic), y hay mucha calidad. Pero Alcaraz siguió sólido hasta quebrar la resistencia del adversario en el ‘tiebreak’.
Con suspense en el ‘tiebreak’ debido a una doble falta que hizo que perdiese la ventaja de 5-3, se viea con un 5-6 que remedió con un saque al cuerpo y derecha ganadora. Un fallo garrafal en una volea le puso contra un segundo punto de set. Una derecha profunda a la línea, que entró de milagro, le salvó. Y luego selló con un resto magnífico. Victoria, 396.500 dólares más y 200 puntos de ranking.
Alcaraz sigue aspirando a semifinales, a Rublev sólo le salvaría una difícil carambola. Estará fuera matemáticamente si Ruud gana a Zverev en la sesión nocturna. El viernes, en orden todavía por oficializar, choques Ruud-Rublev y Zverev-Alcaraz.
Si Ruud gana a Zverev, el noruego se mete ya en semifinales y deja la segunda plaza en un duelo directo entre Alcaraz y Zverev. El alemán, ni venciendo esta noche estará matemáticamente clasificado. Lo tendrá cerca pero deberá cuidar el resultado de su choque ante Carlos.