Dos días grotescos hablando al azar en la televisión estatal. Un larguísimo bla, bla, bla para conseguir la aprobación de los grillini, de la junta directiva de la Rai y de la presidenta Simona Agnes
Ayer finalizaron dos días de ricota radiofónica y televisiva, pomposamente llamados “los desafíos del servicio público” o “los estados generales de Rai”. Una especie de fiesta política campestre, algo que se encuentra en el pasillo o debajo de las escaleras de Viale Mazzini. fuertemente deseado por Bárbara Floridauna simpática parlamentaria del Movimiento 5 Estrellas que se expresa en un italiano bastante cuestionable y que, por una conjunción astral irrepetible, se convirtió en presidenta del Consejo de Supervisión de la Rai (o mejor dicho: se convirtió en presidenta de la Supervisión Rai gracias a los acuerdos que Giuseppe Conte hizo con Giorgia Meloni a espaldas del Partido Demócrata.). Sería muy fácil burlarse de estos “estados generales de Rai”, arriba este “think tank” del servicio público confiado a las suntuosas reflexiones de la grillina Floridia, del miembro de la Liga Norte Alessandro Morelli, del sindicato Usigrai y de otros ilustres intelectuales que saben tanto de televisión como el zulú medio Él sabe sobre física cuántica.
La política Grillo-Lega (pero no sólo) en Rai sale más que nada a pastar, lugares recomendados y mensajes recomendados, invita a almorzar en los restaurantes a lo largo del Tíber para comer la pajata. Y estos “estados generales” – contengamos la risa – en realidad se realizaron sin siquiera la presencia de los productores y de las principales asociaciones gremialesen definitiva, sin la mayoría de los que realmente hacen televisión. En cambio, estaban, junto con el camerino y las damas de relevo, las uniones inevitables que son (junto con la política romana de las alcachofas fritas) lo que está asfixiando y asesinando inexorablemente a Rai. Esta cómica reunión de cuerpos ante el tubo catódico, además de ser una (legítima) pérdida de tiempo, sirvió para que el pobre Floridia se sintiera importante -alguien que evidentemente carece de oportunidades para divertirse- y que además insistía mucho con el gobierno y con la alta dirección de la empresa. Quienes, gobierno y empresa, participaron ayer en masa como muchos colegas pobres de la Rai deportados allí para moderar y conducir debates sobre el baño. Con un único objetivo, muy pragmático y potente: complacer a las 5 estrellas, entretener la vanidad de Floridia y luego conseguir que la junta directiva de la RAI y la presidenta Simona Agnes voten por ellos. Amén.
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