En Francia, alrededor de 1.000 niños al año sufren un ictus. En este espectáculo, Faustine Bollaert recibe a invitados cuyas vidas dieron un vuelco tras sufrir un derrame cerebral antes de los 16 años.
Camille sufrió un derrame cerebral pediátrico a la edad de 7 años. Una noche, al acostarse, sufrió un fuerte dolor de cabeza antes de perder el conocimiento y ser trasladada en helicóptero al hospital para recibir tratamiento. Sus padres hablan de la angustia que vivieron y del viaje que ha emprendido Camille.
Baptiste sufrió un derrame cerebral a la edad de 14 años mientras estaba en clase de deportes en la escuela. Después de pasar 10 días en coma, tuvo que pasar 2 años en rehabilitación intensiva para volver a aprender a hablar, leer, escribir y caminar. Ahora graduado, lucha por encontrar trabajo debido a su afasia. Pero lo más difícil para él sigue siendo la soledad que le pesa mucho.
Marie tenía sólo 16 años cuando también sufrió un derrame cerebral durante una práctica de baloncesto. En el hospital le dijeron que vivía con un angioma que no había sido detectado desde su nacimiento, caracterizado por una anomalía de los vasos sanguíneos y que empeoraba con la práctica deportiva intensiva. Desde entonces, ha tenido que volver a aprender gestos cotidianos, en particular favoreciendo el brazo izquierdo en lugar del derecho.
Ben vino a testificar sobre el derrame cerebral perinatal que sufrió su hijo Milo, que ahora tiene 3 años. Invisibles durante casi un año, Ben y su esposa sólo pudieron notar los síntomas cuando Milo empezó a tener dificultades para moverse.
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