El presidente electo Donald Trump anunció el martes 12 de noviembre su elección de Elon Musk, junto con el empresario Vivek Ramaswamy, para liderar un ambicioso esfuerzo denominado “Departamento de Eficiencia Gubernamental” (DOGE). Con la tarea de reducir drásticamente la burocracia federal, reducir las cargas regulatorias y recortar el gasto gubernamental excesivo, esta iniciativa pretende ser, en palabras de Trump, el “Proyecto Manhattan de nuestro tiempo”.
Este nuevo departamento, aunque no oficial y sin la aprobación formal del Congreso, señala la intención de Trump de realizar cambios estructurales profundos en Washington. Ni Musk ni Ramaswamy estarían sujetos a la confirmación del Senado para estos roles, ya que operarían fuera de las restricciones a nivel de gabinete. La administración de Trump ha enmarcado la iniciativa como un enfoque transformador de la gobernanza, que apunta directamente a la ineficiencia y el despilfarro que, según Trump, están muy extendidos en las agencias federales.
Durante la campaña electoral, Trump insinuó que Musk lideraría dicho proyecto, una perspectiva que Musk parece acoger con entusiasmo. En una declaración, Musk proclamó: “Esto enviará ondas de choque a través del sistema y a cualquiera involucrado en el despilfarro gubernamental, ¡que es mucha gente!”. Sus audaces palabras hacen eco de la retórica del propio Trump, quien ha criticado repetidamente lo que considera operaciones federales infladas e ineficaces. Ramaswamy, conocido por su postura antiburocrática, se unirá a Musk en el diseño de estrategias destinadas a lograr lo que los republicanos han impulsado durante mucho tiempo: una reforma federal radical.
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Una agenda esencial para el legado de Trump
Trump ha fijado objetivos ambiciosos para este proyecto. “Espero que Elon y Vivek realicen cambios en la burocracia federal con miras a la eficiencia y, al mismo tiempo, mejorar la vida de todos los estadounidenses. Lo más importante es que eliminaremos el despilfarro y el fraude masivos que existen a lo largo de nuestro programa anual de $6,5 Billones de dólares de gasto público”, afirmó en un comunicado.
DOGE, tal como está concebido, representa la visión de Trump de un gobierno más ágil y racionalizado alineado con sus principios de “Estados Unidos primero”. Sin embargo, quedan dudas sobre la viabilidad y el impacto de un proyecto de este tipo en la estructura federal, particularmente dada la falta de aprobación del Congreso y los roles poco convencionales de Musk y Ramaswamy. No obstante, el proyecto subraya la determinación de Trump de transformar la forma en que opera el gobierno federal, una agenda que él considera esencial para su legado.
Con esta última nominación, Trump ha señalado su intención de remodelar Washington incorporando a personas externas que compartan su compromiso de alterar el orden político establecido. Musk, quien una vez tuiteó: “Prefiero mantenerme al margen de la política”, ahora se encuentra en un papel singularmente influyente, con la tarea de reformar el mismo sistema que ha criticado durante mucho tiempo.
“Juntos, estos dos maravillosos estadounidenses allanarán el camino para que mi Administración desmantele la burocracia gubernamental, reduzca el exceso de regulaciones, reduzca los gastos innecesarios y reestructure las agencias federales, algo esencial para el movimiento ‘Salvar a Estados Unidos'”, dijo Trump en un comunicado.
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