Casi el 90% de las estafas de Pix comienzan en apps de mensajería (WhatsApp o Telegram) o en redes sociales (como Instagram y Facebook), mientras que la táctica de estafa más frecuente es ofrecer un producto, servicio de tienda o perfil falso (44,9% de los casos). Los datos forman parte del estudio “Estafas con Pix”, realizado por la empresa de protección financiera digital Silverguard con base en información de 5.000 denuncias de víctimas en la Central SOS Golpe y datos del Banco Central con base en la Ley de Acceso a la Información.
antes de Valorla investigación muestra que existen diferencias en la aparición de estos orígenes y tácticas según el grupo de edad y la clase de ingresos, además del monto promedio perdido en la estafa.
Si de media entre las personas que solicitaron el servicio SOS Golpe el 46,3% de las estafas se iniciaron en aplicaciones de mensajería, esta proporción es del 71,7% entre las personas de 60 años y más y del 32,6% entre las de menos de 18 años. Por otro lado, el 56% de los fraudes denunciados por jóvenes menores de 18 años se iniciaron en las redes sociales, para un promedio del 41,6% en la población y una tasa de apenas el 13,3% entre las personas mayores.
La inteligencia artificial será combustible para nuevas estafas, toda innovación tiene su lado oscuro”
—Marcia Netto
Marcia Netto, fundadora de Silverguard, afirma que el fraude no se explica por fallos en el sistema de pagos instantáneos, pero afirma que el avance de la digitalización en las transacciones financieras facilita la aparición de estafas en las que la propia víctima transfiere el dinero al defraudador, impulsada por algunos historia convincente, la llamada ingeniería social”. En inglés, son “fraude de pago push autorizado” (APP).
“Pix no es el villano. Ya existían TED y estafas de facturas antes. Pero Pix representa actualmente el 45% de las transacciones financieras y el país tiene muchas fintechs y bancos”, afirma.
La líder de marketing de Silverguard, Layla Vallias, cree que el esfuerzo por reducir el fraude también debería involucrar a las “big tech” y no sólo a las instituciones financieras, ya que en estos casos se utilizan aplicaciones de mensajería y redes sociales.
“Otros países, como el Reino Unido, tienen un entorno regulatorio más avanzado, lo que obliga a los bancos a compartir las pérdidas. Son iniciativas que tocan el bolsillo del ecosistema”, afirma Netto.
En la muestra de 5 mil personas investigadas, el valor promedio de las estafas fue de R$ 2.100. Cuanto mayor es la clase de renta, mayor es el valor perdido: en la clase AB el valor es de R$ 6.300; seguido de R$ 3.500 en la clase C y R$ 1.500 en las clases D y E.
En las clases de ingresos más bajos, los tipos de estafas más comunes son aquellas que involucran empleo falso o ingresos adicionales. En las clases AB hay más casos de multiplicación de dinero/inversión falsa; Préstamo falso y solicitud de tratamiento para un conocido.
Con base en datos obtenidos del Banco Central, la investigación muestra un aumento del 47% en el número de solicitudes del Mecanismo Especial de Devolución (MED), que pasó de 1,7 millones en 2022 a 2,5 millones en 2023. La herramienta permite solicitar que el monto ser bloqueado en la cuenta de destino en caso de sospecha de fraude.
A pesar del aumento de solicitudes, el mecanismo aún es poco conocido. De las víctimas de fraude entrevistadas en el estudio, el 68% nunca había oído hablar de MED; el 27% sabía que existía, pero no cómo funcionaba; y sólo el 5% conocía la herramienta y cómo utilizarla.
El fundador de Silverguard atribuye parte de la falta de conocimiento a la falta de divulgación y a la negativa de la gente a aceptar la posibilidad de caer en estafas. Otra barrera es el uso del idioma por parte de las víctimas y la falta de capacitación adecuada en las instituciones financieras. La gente suele utilizar la palabra “disputa”, pero se topa con el hecho de que fueron ellos los que transfirieron el dinero.
“Lo mejor es que la víctima diga que cayó en una estafa y que necesita que le devuelvan el dinero para aumentar las posibilidades de que el banco abra el MED”, afirma.
Dada la creatividad de los estafadores, Netto ya está considerando posibles nuevos frentes de fraude, como la inteligencia artificial en las sombras (“dark AI”). Los casos de vídeos de personas públicas son una realidad, pero ve la posibilidad de una nueva ola con imágenes personalizadas, de familiares o amigos.
“La inteligencia artificial será combustible para nuevas estafas, toda innovación tiene su lado oscuro. Y el fraude es cada vez más sofisticado. Primero se empieza con un ‘deep fake’ de personajes famosos, pero vemos un camino hacia fraudes más específicos”, afirma.