La ministra de Agricultura, Annie Genevard, aseguró “para entender” la ira de los agricultores franceses frente a las arcas agotadas y la amenaza de un acuerdo con Mercosur, pero llama a no exceder “los límites de la violencia”advirtió este martes 12 de noviembre de 2024 el TF1.
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“Sin violencia”
“Este enojo, esta preocupación lo escucho, lo entiendo”, aseguró la ministra de Agricultura, Annie Genevard. “Se necesita tiempo para que las medidas se filtren sobre el terreno, están en el presupuesto, cumplí los compromisos que había asumido el Estado y tomé otras medidas porque la crisis se ha intensificado en ciertos territorios »defendió, evocando la “control administrativo único” granjas anuales o “Préstamos garantizados por el Estado”.
Menos de un año después de la histórica movilización agrícola, la alianza mayoritaria en Francia FNSEA-JA convocó en las columnas de Oeste de Francia a acciones nacionales una vez finalizada la siembra de invierno, « desde mediados de noviembre » pero lo más probable es que la semana del 18 de noviembre, cuando comience la reunión del G20 en Brasil, informa elAFP.
“Soy una mujer de diálogo. No debe haber violencia contra la policía, ni daños a la propiedad pública, ni desorden mientras nos acercamos a las vacaciones de Navidad, que son tan importantes para nuestros comerciantes”.llamó el ministro. “Hay límites que habrá que poner”advirtió. “El límite es la violencia, el daño, la prevención de la entrega de alimentos a las empresas” ella enumeró notablemente. “Es importante no romper el vínculo entre los franceses y los agricultores a medida que se acerca la Navidad”.
Sobre el proyecto de acuerdo Mercosur que suscita el temor de los agricultores franceses, el ministro declaró: “Es muy poco probable que este acuerdo se firme en el G20. Pero, por supuesto, la amenaza persiste. […] ¡No queremos este trato porque es malo! […] Esto compite deslealmente con nuestra propia producción, se hace con sustancias que aquí están prohibidas y tiene el costo de la deforestación”.
“Una revuelta agrícola”
La Coordinación Rural, el segundo sindicato agrícola del país que ganó visibilidad con acciones huelgas el año pasado y cuyos dirigentes hacen gala de su proximidad a la extrema derecha, promete “una revuelta agrícola” a partir del 19 de noviembre, con un “Bloqueo del transporte de alimentos”.
En cuanto a la Confederación Campesina, tercera fuerza sindical y heredera de las luchas antiglobalización, planea acciones contra la “acuerdos de libre comercio” o “Acaparamiento de tierras por parte de las empresas energéticas”.
El clima es tenso. A las tesorerías incruentas se suma el miedo a ver concretado en Río el acuerdo de libre comercio de la Unión Europea con Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia) y el miedo a ver subir los impuestos en las fronteras china y americana.
La peor cosecha de trigo en 40 años
Desde principios de octubre, las acciones se han multiplicado en las regiones: una novilla destripada por un lobo abandonada frente a una subprefectura de Doubs (este del país), un velorio fúnebre celebrado en “la memoria de la agricultura francesa” en Corrèze (sur), crisantemos dispuestos al pie de una cruz que simboliza a los ganaderos de los Vosgos abandonados por el grupo lácteo Lactalis… enumerarloAFP.
La movilización, que comenzó el año pasado en un sediento Tarn (sur), esta vez tiene su origen en una campiña terriblemente húmeda. Debido al exceso de agua, Francia, primera potencia agrícola de la Unión Europea, experimentó en 2024 su peor cosecha de trigo en 40 años y vio caer su cosecha en una cuarta parte.
Desde los Pirineos hasta la frontera belga, los rebaños de vacas y ovejas sufren una ola de epidemias devastadoras que amenazan la fertilidad de los animales supervivientes y, por tanto, la producción futura.
“Sin una respuesta estructural, la crisis nunca ha cesado y ha empeorado mucho debido a los peligros climáticos”subraya Laurence Marandola, portavoz de la Confederación Campesina.
Sin embargo, desde enero, el Gobierno ha aumentado sus compromisos, ha liberado cientos de millones de euros en ayudas, ha puesto en marcha una ley de orientación agrícola y ha afrontado las milhojas administrativas denunciadas por los agricultores.
A pesar de los compromisos del Estado, la situación es más explosiva que el año pasado. Los productores de cereales tienen menos trigo y lo venderán más barato debido a la caída de los precios internacionales, los obtentores tienen la sensación de que “caída sin fin”.
El acuerdo UE-Mercosur, una “línea escarlata”
En Alto Garona, Jérôme Bayle, figura de la movilización del invierno pasado en el suroeste, cree que la firma del acuerdo UE-Mercosur será el elemento “que hará estallar la ira”.
En la FNSEA, que defiende la vocación exportadora de Francia en trigo y coñac, Arnaud Rousseau pide a París que vete este tratado. “Es una línea escarlata”, “una lucha existencial”repitió.
En la Coordinación Rural, Véronique Le Floch advierte que si el Mercosur entrara en vigor, no sería “Ya no vale la pena hablar de la ley de orientación agrícola”porque sería inútil instalar a los jóvenes en una Francia que habría “soberanía alimentaria diseñada a partir de las importaciones”.
La Confederación Campesina, que lleva años luchando contra este acuerdo, cree que“ninguna medida de reciprocidad podrá jamás compensar las importaciones masivas” que resultaría de ello.
En un clima económico sombrío, todos están avanzando sus peones. Una fuente sindical reconoce “Tentación de superioridad” entre organizaciones rivales, pero también del lado de la clase política.
El domingo, el presidente de la Agrupación Nacional (partido de extrema derecha), Jordan Bardella, fue recibido por un personaje histórico de la Coordinación Rural en Lot y Garona (sur). Abogó por medidas proteccionistas, creyendo que “El pronóstico vital de la agricultura francesa está ahora en peligro”.