A sus 87 años, Paola, de Bélgica, se lesionó el pie tras una pequeña caída. El incidente aún debe obligar a la ex reina a descansar, impidiéndole en particular asistir al Día del Rey, celebrado este viernes.
Aunque se ha mostrado discreta desde la abdicación de su marido, Alberto II, en 2013, hay ciertos eventos que Paola de Bélgica nunca se pierde. Recientemente, la ex reina fue vista en el estadio Roi-Baudoin, durante la misa mayor ofrecida por el Papa Francisco. Debería haber vuelto a aparecer junto a su marido este 15 de noviembre con motivo del tradicional Día de Reyes, pero lamentablemente será de otra manera.
Según la lista facilitada por el Palacio belga, sólo Alberto II, los príncipes Laurent y Lorenz y las princesas Astrid y Claire acudirán a la catedral de los Santos Miguel y Gúdula de Bruselas para celebrar a su hijo, hermano y cuñado, el rey Felipe. . Como soberano, este último está tradicionalmente autorizado a despedirse en este día, al igual que su esposa, Mathilde.
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Respondiendo a las peticiones del medio belga “Het Laatste Nieuws”, el portavoz de la familia real explicó que la ex reina había sufrido recientemente una fuerte caída en su casa y se había lesionado el pie. Sin embargo, el incidente no fue grave y el estado de la esposa de Alberto II no requirió hospitalización. Sin embargo, los médicos recomiendan un mes de reposo, poniendo fin a los compromisos de corto plazo de Paola.
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Malos tiempos para las reinas
El anuncio de la retirada de la reina se produce tras varios incidentes del mismo tipo en otras monarquías europeas. La semana pasada, fue la reina Camilla quien tuvo que abandonar los eventos del “Día del Recuerdo” debido a una infección pulmonar. A finales de septiembre supimos que la reina Margarita de Dinamarca tuvo que ser hospitalizada, también tras una caída. Desde entonces, el ex soberano no ha aparecido en público.
Lamentablemente la reina Paola está acostumbrada a este tipo de incidentes. En marzo de 2022, ya se había fracturado el cuello humeral en una caída, lo que la llevó posteriormente a un período de convalecencia de ocho semanas. Una nueva caída en octubre del mismo año la obligó a renunciar a asistir a la primera ceremonia militar del príncipe Gabriel, su nieto.