El central, enmascarado para la ocasión, volvió a realizar una actuación estelar pero no pudo evitar que el Barcelona abandonara el Reale Arena con una derrota.
Cada vez es más difícil extraer aspectos positivos del partido entre la Real Sociedad y el FC Barcelona, especialmente desde una perspectiva blaugrana. Sin embargo, lo que se ha convertido en algo habitual es algo bastante excepcional. Pau Cubarsí volvió a liderar al equipo desde el corazón de la defensa y fue, sin duda, el mejor jugador blaugrana en el Reale Arena.
Su presencia en el partido, al menos como titular, estaba lejos de estar garantizada. El graduado de La Masia sufrió una grave lesión en el partido anterior, un choque de Liga de Campeones contra el Estrella Roja a domicilio. La bota de Spajic le golpeó en la mejilla derecha en los instantes finales, provocándole un corte en esa zona. ¿La solución? Nueve puntos y una hinchazón significativa en toda la región afectada.
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El ‘2’ del Barcelona se ejercitó este sábado con una mascarilla protectora que le cubría ambas mandíbulas y la barbilla del lado derecho. Se puso a prueba en el último entrenamiento y pidió jugar. Se sintió preparado y no experimentó ninguna molestia en el área, emulando a su máximo ídolo: Carles Puyol.
Hansi Flick tomó nota del estado del jugador y del dictamen del equipo médico. Sin dudarlo, Cubarsí inició el encuentro haciendo pareja en la defensa central con su habitual compañero: Iñigo Martínez, apoyado por Koundé y Balde en los flancos.
Parece que ningún rival o delantero podrá desafiar a Cubarsí. Esta vez se enfrentó al movimiento de Oyarzabal, la velocidad de Sheraldo Becker y, ocasionalmente, la magia de Take Kubo. Sin embargo, la Real Sociedad se aseguró los tres puntos gracias a un solitario gol del internacional surinamés, que Estanyol no supo tapar a tiempo.
Al Barcelona le costó encontrar la vuelta al partido, incluso nuestro protagonista tuvo una de las ocasiones más claras del encuentro. Cabeceó un centro de Pedri, ignorando por completo el accesorio protector que llevaba en la cabeza, pero el balón no encontró portería, motivo de pesar para el defensa culé y sus compañeros. La misma suerte corrió Óskarsson en la segunda mitad, cuando rompió la trampa del fuera de juego, algo poco común en él, pero llegó justo a tiempo para frustrar al delantero islandés y enviarlo a córner.
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Aún no ha llegado a la edad adulta (lo hará el 22 de enero), pero ya se ha convertido en una presencia confiable para sus compañeros y los fanáticos. Limpio en tacleadas y en el juego preparatorio, completó 78 pases con una impresionante precisión del 92%, no fue desafiado en ningún momento, ganó ocho duelos, hizo un despeje, bloqueó un tiro y registró dos intercepciones: estadísticas de un verdadero veterano.