Hasta el final perseveró el Athletic para empatar un partido que se le puso cuesta arriba cuando las cosas no suelen tener remedio, y ese epílogo fue trágico para el Valladolid, que creía estar saliendo del pozo, soñaba con abandonar la zona roja, y trabajó durante 93 minutos para conseguirlo. Pero había un 94, y con los bilbaínos volcados para igualar el gol de Moro, una falta frente al área la colgó Ruiz de Galarreta para que un especialista, Gorka Guruzeta, en un remate inverosímil, de espaldas a la portería y metiendo la pierna en el aire al toque sutil de su compañero, dejara mudo al José Zorrilla. Y diera al traste con las ilusiones vallisoletanas.
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Karl Hein, Luis Pérez, Javi Sánchez, Juma Bah, Lucas Rosa, David Torres, Kike Pérez (Mario Martín, min. 75), Stanko Juric (Eray Cömert, min. 88), Raúl Moro (Víctor Meseguer, min. 88) , Anuar Tuhami (Iván Sánchez, min. 60) y Mamadou Sylla (Marcos André, min. 61)
1
Julen Agirrezabala, Aitor Paredes, Óscar De Marcos, Adama Boiro, Yeray Álvarez, Beñat Prados (Mikel Vesga, min. 45), Nico Serrano (Javier Martón, min. 79), Nico Williams, Unai Gómez (Álvaro Djaló, min. 45 ), Mikel Jauregizar (Íñigo Ruíz de Galarreta, min. 45) y Alex Berenguer (Gorka Cruzeta, min. 63)
Goles
1-0 min. 78: Raúl Moro. 1-1 min. 93: Guruzeta
Árbitro Adrián Cordero Vega
Tarjetas amarillas
Anuar (min. 18), Mikel Jauregizar (min. 25), Benat Prados (min. 42), Vesga (min. 65), David Torres (min. 71), Mario Martín (min. 77), Javier Martón (min. . 89), Eray Comert (min. 89).
Fue, posiblemente, el resultado más ajustado a lo que sucedió en el césped, lo que no es ningún consuelo para el Valladolid, que verá el vaso medio vacío, después de haberlo visto rebosar. Fue, claro, Guruzeta sobre la bocina.
Cambió Pezzolano su manera de jugar, con cinco defensas para evitar males mayores del Athletic justo el día en el que Ernesto Valverde ordenó la revolución en sus filas, no tanto en la forma de desplegarse sobre el campo, sino en la alineación. Europa pasa factura, así que el técnico le hizo un notable lavado de cara al equipo. Las modificaciones en uno y otro bando desactivaron el fútbol, porque el Athletic llevaba la iniciativa, pero a un ritmo demasiado sosegado para lo que requería el partido, así que los pucelanos jugaban cómodos e incluso se atrevían a salir, sobre todo con la velocidad de Sylla. Con la defensa desmontada en ocasiones, Jauregizar y Prados, los dos pivotes del medio del campo, se cargaron con tarjetas. La del segundo fue roja en el origen, pero el árbitro la rebajó después de observar la jugada detenidamente en el VAR. Valverde se vio obligado a cambiarlos en el descanso. Por eso, y, tal vez, porque el Valladolid había hecho trabajar a Agirrezabala más de la cuenta.
Pero no cambió mucho el panorama con la rueda de cambios; más que nada porque el juego del Athletic era más previsible que nunca, y los locales se esmeraban en labores defensivas. Iba el partido, irremediablemente, hacia el empate a cero. Pero las cosas no son siempre lo que parecen.
En una de las pocas oportunidades en las que los pucelanos se acercaron a las inmediaciones del guardameta rival, la zaga rojiblanca estuvo demasiado blanda y permitió dos envíos consecutivos al área. El primero no hizo daño, pero el segundo sí. Fue un centro de Iván Sánchez que lo cabeceó Moro a la red para dar oxígeno a su equipo. Parecía, de nuevo, que el Valladolid lo tenía hecho. Pero, claro, solo lo parecía. En el minuto 94, encerrado atrás y con cuatro centrales en el campo, permitió el remate de Guruzeta, el especialista, que pinchó el globo.