Bartra frena a Giráldez – AS.com

Betis y Celta sumaron un punto en una cita con más valentía que fútbol. Todos quisieron más de lo que merecieron. Los verdiblancos volvieron a exponer un ejercicio de impotencia en el remate mientras el equipo celeste vio cómo se le escapaba el triunfo en el último suspiro. La sonrisa a medias de Víctor Roque. El efecto demoledor de la pareja Williot-Douvikas. Incluso el salvador Bartra para escribir las bases de un empate que no contenta a ninguno y genera más dudas que motivación en ambos. Todo en el día en que regresó Borja Iglesias al Villamarín y recibió el aplauso que quizás siempre mereció.

mil Betis dejó claro que quería más el balón que su rival desde el inicio. Pellegrini colocó a Iker Losada entre líneas para que ayudara en la construcción y se acercara a Vitor Roque en cada lance. El Celta esperó. Alargó sus bandas y expuso cierta comodidad a la hora de lanzar contras periódicas. Los verdiblancos encontraron más ganas que fútbol en esa construcción de juego. Sabaly y Perraud trataban de ser valientes sin terminar de serlo y sólo Johnny sorprendía rompiendo líneas gracias a su ímpetu en la presión. Abde ya era Abde. Retaba en sus carreras sin que las primeras encontraran frutos. Sí los obtuvo el Celta en una de sus primeras llegadas. Un balón parado hizo temblar a la zaga bética y Javi Rodríguez aprovechó un rechazo para rematar a la red sin que Rui Silva lo viera. Golpe de pizarra de Giraldez.

El Betis trazó su reacción bajo el mismo guion. Tal vez previsible. Tal vez demasiado pausado. Pero el Celta también incidió en que fuese así. Los de Giráldez perdieron varios balones en la salida mientras sus contras no encontraban el brillo de Iago Aspas ni la presencia de Borja Iglesias. Había demasiado espacio entre sus líneas. Bajo ese contexto amplió sus ansias el Betis. Insistió con Abde y elevó la valentía de sus carrileros. Y fue el marroquí el que rompió la estabilidad celeste con un pase medido a Johnny Cardoso. El estadounidense conquistó el área, elevó la mirada y entregó el balón atrás para que Vitor Roque castigara a Guaita con un remate preciso.

La reanudación expuso la misma historia. Más balón que protagonismo para el Betis. Más amenazas ficticias que reales para el Celta. Giráldez movió piezas y posiciones para tener más control de juego, pero la idea se quedaba a medias. Pellegrini se vio obligado a cambiar a Johnny Cardosoperdonado por Ortiz Arias con una amarilla a cuestas. Y ahí quedó minimizado el poder verdiblanco en anticipaciones y equilibrio. Abde enlazó con Lo Celso en una buena acción que el argentino no supo aprovechar. Los espacios ya se multiplicaban y el Celta movía hilos con más pausa que antes. Había deseo en el Betis. Pero la pegada volvió a ser del equipo vigués. Williot entró en escena y quebró a Altimira para entrar en el área y regalar el tanto a Douvikas. A Giráldez sí le funcionaba su banquillo.

Al Betis solo le quedaba la heroica. Como tres días antes en Europa. El Celta jugó con los tiempos mientras Pellegrini entregaba su destino a Bakambu y Chimy Ávila. Quizás el alma podía reparar aún la historia para los verdiblancos. Fue el argentino el que tiró de coraje para robar un balón cerca del área y lanzar un centro que peinó Lo Celso y pulverizó Bartra. El central, que había reemplazado a Llorente, salva al Betis y castiga al Celta con un reparto de méritos que quizás fue más de deméritos.

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