Los fiscales estadounidenses han acusado a un iraní bajo sospecha de un posible plan para asesinar a Donald Trump antes de que sea elegido próximo presidente. El sospechoso Farhad Shakeri, de 51 años, no ha sido arrestado y se cree que reside en Irán, informó el viernes el Ministerio de Justicia en un comunicado de prensa.
Según el ministerio, Shakeri había recibido instrucciones del régimen iraní de dirigir una red para asesinar a Donald Trump, entre otros. La acusación, presentada en un tribunal federal de Manhattan y hecha pública por el Departamento de Justicia, alega que un alto miembro de la Guardia Revolucionaria le asignó la tarea de vigilar y, en última instancia, matar a Trump. Según el plan, esto debería haberse hecho antes de las elecciones del 5 de noviembre. Si Shakeri no pudiera hacerlo, el plan se pospondría hasta después de las elecciones, según la denuncia.
Se dice que Shakeri es miembro de la Guardia Revolucionaria Iraní y tiene una red en Estados Unidos, después de emigrar a Estados Unidos cuando era niño. Pasó catorce años en prisión por robo, fue deportado de Estados Unidos alrededor de 2008 y ahora vive en Teherán.
“Las acusaciones anunciadas hoy exponen los continuos y descarados esfuerzos de Irán para eliminar a ciudadanos estadounidenses, incluido el recientemente elegido presidente Donald Trump, otros líderes gubernamentales y disidentes que critican el régimen de Teherán”, dijo en el comunicado el director del FBI, Christopher Wray. Según la acusación, el régimen iraní quiere vengarse de la muerte del general iraní Qassem Soleimani, asesinado en un ataque con aviones no tripulados estadounidenses en Bagdad en 2020, cuando Trump era presidente.
También se acusa a dos ciudadanos estadounidenses por su posible participación en un complot para asesinar a un ciudadano estadounidense de ascendencia iraní. Carlisle Rivera y Jonathon Loadholt, dos estadounidenses, fueron arrestados en Nueva York y están acusados de vigilar a otro ciudadano estadounidense. Hicieron su primera comparecencia ante el tribunal el jueves, dijo el Departamento de Justicia, y permanecen bajo custodia en espera de juicio.
Según las autoridades, no existe conexión con el intento de asesinato al que Trump sobrevivió en julio y el presunto intento de asesinato en el campo de golf de Trump en septiembre.