Una vez más, el Rayo Vallecano se quedó con la frase: “Se jugó bien, pero no concretamos”. Los de Iñigo Pérez recibieron un gol muy temprano de Fábio Silva, un tanto que los dejó fríos en los primeros minutos. Después, a pesar de seguir atacando, no pudieron y los canarios se llevaron el triunfo 1-3.
Sólo en el primer tiempo realizaron 15 remates totales, de los que tres fueron a puerta. La posesión del balón fue, además, para los franjirojos. La debilidad del Rayo son los goles que recibe a balón parado. Más aún con una defensa que no contaba con uno de sus titulares, Abdul Mumin. Así llegó el 0-1 de la UD, en un córner. Los de Diego Martínez, por su parte, fueron todo efectividad y aprovecharon las tres veces que llegaron a la portería rival.
Ya son siete partidos de 12 en los que el gran problema de los vallecanos, que juegan bien, es concretar las ocasiones. Se han escapado puntos valiosos contra rivales con los que se pelea en la parte media alta de la tabla.
Un banquillo con opciones
Sergio Camello ha sido el 9 del equipo. La gran mayoría de los partidos ha sido titular e Iñigo sabe que, a pesar de ser un delantero joven, le falta ese “instinto depredador”, tal y como lo define el técnico. Quiere convertirlo en una amenaza para el rival.
Raúl de Tomás, Sergi Guardiola y Nteka son los atacantes que esperan en el banquillo. A pesar de haber jugado algunos minutos, parece que no son lo que quiere el navarro para su once inicial.
En el Rayo B, Etienne Eto’o, que ya jugó en la Copa del Rey, sigue esperando su oportunidad para debutar en LaLiga. En la cantera es una de las figuras. Los goles son sinónimo del nombre que carga en la espalda. “Etienne viene entrenando muy bien. Está encontrado el gol con el filial y su actitud es inmejorable”, dice el entrenador del hijo de Samuel.