¡Un naufragio espectacular! Quince días después de ser derrotado en casa por el Paris SG, el OM volvió a hundirse este viernes 9 de noviembre en el Vélodrome, derrotado por 3-1 ante el Auxerre, equipo recién ascendido.
Como hace dos semanas, todo acabó frente a un estadio ya medio vacío cuando sonó el pitido final y entre abucheos de un público disgustado.
De todos modos, perder 3-0 en el descanso en casa contra el Paris SG es una cosa, pero perder contra el Auxerre es otra. La triste derrota sufrida hace 15 días en el Clásico había herido a los aficionados del OM, pero su furia estaba teñida de un poco de resignación. Ayer, los pitos que llevaron a los marselleses al vestuario en el descanso y luego al final del partido fueron de pura rabia y vergüenza.
Humillación
Con esta derrota, el OM se encuentra al alcance del Mónaco (3mi) y Lille (4mi), que jugará este fin de semana y, por tanto, corre el riesgo de perder el segundo puesto. Sobre todo, este fiasco sirvió para recordar que el proyecto inaugurado este verano por la dirección y dirigido por Roberto De Zerbi aún estaba, como mucho, en sus cimientos y que la tarea era inmensa.
En particular, los marselleses tendrán que aprender a ganar en el Vélodrome, donde luchan sistemáticamente y donde han jugado cinco veces por una sola victoria, contra el Niza. En cualquier caso, tras el éxito conseguido en Nantes, OM y De Zerbi querían seguir, para ser mejores en el juego. No consiguieron nada.
Tras el parón, tendremos que ir a Lens y recibir al Mónaco, otros dos candidatos a Europa, para sumar puntos y demostrar que el proyecto De Zerbi conserva su razón de ser.
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