Una nueva directiva de la Dirección General de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de los Mercados de Capitales (FISMA), diseñada para endurecer las reglas bancarias en Europa, está resultando exigente para los bancos extranjeros. Aunque apunta principalmente a los bancos británicos, también impone restricciones a los establecimientos bancarios marroquíes que operan dentro de la Unión Europea, amenazando la fluidez de las transferencias financieras de los marroquíes que viven en el extranjero (MRE).
La legislación desarrollada por FISMA tiene como objetivo fortalecer la regulación bancaria para proteger los mercados financieros europeos de riesgos potenciales vinculados a bancos de fuera de la UE. En un contexto marcado por las repercusiones del Brexit y la voluntad de limitar la influencia de los bancos no europeos, esta directiva introduce requisitos estrictos en términos de transparencia, solvencia y liquidez. Los bancos marroquíes que operan en la UE se enfrentan, por tanto, a nuevas obligaciones de cumplimiento que, además de aumentar sus costes, limitan su competitividad en el mercado europeo.
Los impactos para los bancos marroquíes son múltiples. Además del aumento de los costos para cumplir con los nuevos estándares, estos establecimientos corren el riesgo de ver ralentizada su capacidad de inversión y crecimiento en Europa. Las operaciones de transferencia financiera, vitales para las ERM, se verán especialmente afectadas. En 2023, las transferencias de MRE alcanzaron un nivel récord, desempeñando un papel esencial en la economía marroquí al apoyar la balanza de pagos y la financiación de proyectos locales. Con esta nueva directiva, los procedimientos para estos traslados podrían volverse más costosos y largos, lo que podría animar a los expatriados a explorar alternativas menos restrictivas.
Para adaptarse a esta legislación y mitigar sus impactos, están surgiendo varias soluciones. En primer lugar, los bancos marroquíes podrían invertir en la digitalización de sus procesos de cumplimiento. Esta transformación digital permitiría una gestión más eficiente de las nuevas obligaciones regulatorias, reduciendo así los costos y facilitando el cumplimiento en tiempo real de los estándares impuestos. Además, les permitiría seguir siendo competitivos con las instituciones bancarias europeas al limitar la carga administrativa vinculada a las operaciones transfronterizas.
Además, se mencionan asociaciones estratégicas con bancos europeos. Al unir fuerzas con instituciones locales, los bancos marroquíes podrían beneficiarse al compartir habilidades y recursos regulatorios, lo que aliviaría la carga vinculada a los nuevos requisitos. Estas asociaciones también ofrecerían una mejor comprensión de las especificidades del mercado europeo, fortaleciendo así su capacidad de adaptación.
En cuanto a las transferencias MRE, los expertos del sector financiero sugieren la integración de soluciones fintech especializadas en transferencias internacionales. Estas empresas de tecnología financiera ofrecen opciones de transferencia rápidas y rentables, garantizando el cumplimiento de los estándares europeos sin comprometer la fluidez de los servicios para las MRE. El desarrollo de este tipo de soluciones fintech podría limitar los costes de transferencia y garantizar al mismo tiempo un servicio eficiente para los marroquíes en el extranjero.
Otra opción barajada es el desarrollo de acuerdos bilaterales entre Marruecos y la Unión Europea, con el objetivo de negociar un alivio para las instituciones financieras marroquíes. Dichos acuerdos podrían permitir el reconocimiento mutuo de ciertas normas regulatorias, facilitando así la integración de los bancos marroquíes en la UE manteniendo al mismo tiempo cierta flexibilidad operativa.