CRÍTICA – El fenomenal éxito de la cantante estadounidense es analizado en un documental narrado por Mathilde Serrell, periodista de France Inter.
200 millones de álbumes vendidos en todo el mundo, 500 millones de suscriptores en redes sociales, 14 premios Grammy, una fortuna estimada en más de mil millones de dólares sólo con los ingresos de la música… Las cifras alrededor Taylor Swift son vertiginosos. La gira que finalizará a principios de diciembre también en Indianápolis. El “Eras Tour” consta de más de 152 conciertos de 3 horas de duración en 22 países de todo el mundo. En definitiva, la gira más lucrativa por delante de las de los Rolling Stones y Elton John. Dos días después de la reelección de Donald Trump, France 5 dedica un documental a la mayor estrella del pop de nuestro tiempo. De Nashville a Nueva York y de Londres a Lyon, Mathilde Serrell, periodista del France Inter, intenta comprender el fenómeno.
Porque, con esta popularidad, Taylor Swift podría haber representado un peso en las últimas elecciones presidenciales estadounidenses. Cuando apoyó a Kamala Harris el 11 de septiembre en Instagram, Donald tembló. Y él responde. “ Odio a Taylor Swift ! » escribe en la red social Truth Social. Al final, el post de la reina del pop tendrá poco impacto en los resultados. Lástima que el documental se emitió después del suceso, casi queda obsoleto. El título T.Aylor Swift, primera potencia estadounidense. es incluso cuestionable. Sin embargo, el testimonio de un votante conservador en Miami arroja algo de luz: “ No creo que haga soñar a muchas mujeres, ella priorizó su carrera. »ella cree. A sus 34 años, Taylor Swift, aún soltera y sin hijos, es a menudo reducida por sus detractores a la imagen de “dama gato”, un estereotipo sexista recurrente contra los solteros.
Un retrato en cámara rápida
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Los “swifties”, apodo que reciben los fans del cantante, no aprenderán nada de este documental. En cuanto a quienes descubran a la estrella nacida en Pensilvania, podrán comprenderla mejor sin conocerla. Este retrato acelerado, de 50 minutos de duración, recorre las grandes líneas de su carrera, sin entrar en detalles. Incluso hay omisiones. Ni siquiera se menciona al nuevo compañero de Taylor Swift, el jugador de fútbol americano Travis Kelce, con quien forma una pareja muy publicitada, reforzando su omnipotencia. Afortunadamente, el periodista nos lleva a Nueva York para descubrir la “manía de Taylor Swift” y seguir a un guía que ofrece a los fans un recorrido turístico por los lugares queridos por el artista. Por ejemplo, en el bohemio barrio de Tribeca, en Franklin’s Street, la calle donde vive la estrella, rebautizada desde entonces como “la calle de Taylor Swift”. En Londres, un vencejo le ofreció milagrosamente a Mathilde Serrell una entrada para el concierto pocas horas antes del espectáculo, lo que demuestra la generosidad de la comunidad de músicos que no duda en pagar una media de 1.200 dólares para asistir a un concierto al otro lado del Atlántico.
Lamentablemente, este documental se ofrece tarde, después de una serie de otras películas dedicadas a Taylor Swift. Desde el paso del intérprete de Quitárselo de encima En Francia, la primavera pasada con motivo de una serie de conciertos en París y Lyon, las cadenas de televisión francesas aprovechan el éxito de aquella que aumenta el PIB de las regiones donde se emite. Empezando por Arte que, desde finales de octubre, en su repetición online, cuenta la historia detrás de escena del éxito. Ambre Chalumeau, columnista de “Quotidien” de TMC, descifró brillantemente la semana pasada el fenómeno mientras viajaba por Estados Unidos. En el horario de máxima audiencia se contabilizaron casi 450.000 espectadores, lo que supone una cuota de mercado del 2,8%. Sin olvidar los podcasts que se multiplican en las plataformas online. Particularmente desde el servicio público y France Inter, particularmente curiosos por el entusiasmo generado por el estadounidense.