El presidente electo Donald Trump llega para hablar durante un evento la noche electoral el 6 de noviembre en el Centro de Convenciones de Palm Beach en West Palm Beach, Florida. Trump ha articulado planes ambiciosos para sus primeros 100 días en el cargo.
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El presidente electo Donald Trump y sus aliados ya han articulado planes ambiciosos para sus primeros 100 días en el cargo.
Prometió el primer día (de hecho, en las primeras horas) cerrar la frontera de Estados Unidos con México y lanzar la mayor operación de deportación interna en la historia de Estados Unidos.
Trump ha prometido eliminar los subsidios climáticos del presidente Biden y reanudar la exploración energética, incluida la oferta de exenciones fiscales a los productores de petróleo, gas y carbón.
“Vamos a perforar, cariño, perforar”, dijo Trump a finales de octubre en su mitin en el Madison Square Garden de la ciudad de Nueva York. “Y pondré fin a la ‘nueva estafa verde’ y reduciré los precios de la energía a la mitad, un 50%, en el plazo de un año a partir del 20 de enero”.
El principal objetivo de Trump es deshacer las políticas de Biden y reanudarlas donde las dejó después de su primer mandato.
Trump enfrentará obstáculos para implementar deportaciones masivas
No será fácil.
Si bien los presidentes tienen amplios poderes sobre la inmigración, por ejemplo, existen verdaderos desafíos operativos, legales y políticos para llevar a cabo deportaciones masivas.
Grupos como el Consejo Estadounidense de Inmigración estiman que a Trump le costaría miles de millones de dólares implementar su plan de deportación. También podría tener un impacto dramático en la economía si industrias como la construcción, la hotelería y la agricultura pierden masas de trabajadores.
También existe un desafío de recursos. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos ya debe elegir dónde concentrar sus limitados recursos.
Llevar a cabo deportaciones masivas requeriría un aumento masivo de mano de obra para arrestar y deportar a millones de personas al año.
Sus aliados han estado ocupados preparando órdenes ejecutivas.
Durante meses, los aliados han estado trabajando para preparar una serie de órdenes ejecutivas que ayudarían a Trump a llevar a cabo su agenda.
Los aliados republicanos dicen que Trump debería volver a imponer rápidamente su orden ejecutiva Anexo F, que reclasificaría a una gran parte del personal federal como empleados a voluntad.
Hacerlo allanaría el camino para que los trabajadores de la administración pública federal fueran reemplazados por otros, incluidos partidarios políticos más interesados en llevar a cabo sus políticas.
Los opositores lo ven como un esfuerzo por debilitar las barreras destinadas a garantizar una burocracia no partidista.
Trump también enfrentará el rechazo de sus oponentes demócratas en el Congreso, así como de grupos de libertades civiles, como la Unión Estadounidense de Libertades Civiles, que dicen que estarán preparados.
Han estado desempolvando sus propios manuales de la primera administración Trump y han prometido utilizar los tribunales para luchar contra Trump.
La ACLU incluso publicó un memorando este verano en el que describía cómo contrarrestaría algunos posibles abusos.
“Donald Trump ya ha amenazado con abusar de su poder de esta manera”, afirma la ACLU en el memorando. “Él planea aprovechar el Departamento de Justicia [Department of Justice] y otras agencias gubernamentales para acusar a opositores políticos, reemplazar funcionarios públicos y personas designadas tradicionalmente apolíticamente con individuos dispuestos a cumplir sus órdenes independientemente de las estructuras legales y normativas, y exigir promesas de lealtad de los empleados de la función pública”.
Los republicanos dicen que trabajarán “agresivamente” por su agenda
Los aliados de Trump en el Congreso, incluido el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, republicano por Luisiana, han prometido actuar rápida y “agresivamente” para promover la agenda del presidente electo. Aún no se ha reclamado el control de la Cámara, pero los republicanos han volcado el Senado a su favor.
Esa agenda incluye extender la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos de 2017 de Trump, reforma regulatoria y revisión de la política energética.
“Cuando le dije al presidente Trump, le dije: ‘Señor presidente, usted podría ser el presidente más importante de la era moderna porque tenemos que arreglar casi todo'”, dijo Johnson a los periodistas en octubre. “Y comienza primero con asegurar la frontera, lo que el pueblo estadounidense exige y merece. Inmediatamente después, pasamos directamente a la economía”.
