PAGMás de 75 millones de estadounidenses ya han votado, anticipadamente o por correo, en las elecciones presidenciales estadounidenses que se celebrarán el 5 de noviembre. La votación es muy reñida entre la demócrata Kamala Harris, vicepresidenta, y el republicano Donald Trump, expresidente.
Kamala Harris anunció el domingo que más de 78 millones de estadounidenses ya votaron, anticipadamente o por correo.
Estas votaciones se siguen de cerca en los estados clave, donde los indecisos pueden inclinar la balanza a favor de uno u otro candidato.
En Carolina del Norte, casi 4,5 millones de votantes ya han devuelto sus votos. En Georgia, cuatro millones votaron anticipadamente y en Pensilvania se recibieron 1,7 millones de votos por correo, según recuentos del New York Times. En nueve estados, más de la mitad de los electores ya han votado.
Las proyecciones de estas votaciones anticipadas ya apuntan a que la participación en la votación podría rondar el 60%, según el politólogo Michael McDonald, de la Universidad de Florida, citado por este medio estadounidense.
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Diferencias demasiado pequeñas
La última encuesta del New York Times/Siena, centrada en los siete estados cruciales, muestra diferencias demasiado pequeñas para permitir la más mínima conclusión a favor de uno u otro candidato.
El expresidente republicano Donald Trump ya ha sentado las bases para un desafío en caso de derrota, mientras Kamala Harris repite que los sistemas electorales existentes son fiables.
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El martes, cuando cierren los colegios electorales en la primera potencia mundial, comenzará un período de espera febril. Nadie sabe si los medios de comunicación estadounidenses, cuya prerrogativa es tradicionalmente, tardarán horas o días en atribuir la victoria a uno o al otro.
Estas encuestas nacionales no dan ninguna indicación de la popularidad de los candidatos en los estados clave, los estados indecisos, donde se disputarán las elecciones del 5 de noviembre. Sólo dan una idea de las votaciones a escala nacional. Sin embargo, el sistema de votación estadounidense permite que un candidato que no tenga la mayoría de votos gane las elecciones.