Misión cumplida para la Lazio que, aunque con demasiadas preocupaciones, venció al Cagliari por 2-1 y se hizo con el tercer puesto de la clasificación, junto con la Fiorentina y el Atalanta, a sólo tres puntos del líder Napoli.
La velada empieza genial para Baroni, premiado como mejor entrenador del mes de octubre, que vuelve a colocar a Noslin en lugar de Zaccagni en el tridente detrás del delantero Castellanos. Del otro lado, Nicola responde con Piccoli avanzando y Luvumbo intentando minar la defensa de la Lazio con sus aceleraciones. Todo parece fácil para la Lazio, que inmediatamente pone el partido en desventaja aprovechando un torpe despeje de Scuffet, en el tiro libre ejecutado por Pellegrini, gracias al cual Dia puede reiterar el esfuerzo en la red. La ventaja parece ser la antesala de la goleada, sensación que se agudiza en los primeros minutos en los que el equipo de Baroni parece tener el control. Sin embargo, esa sensación se vio minada por el palo, que rechazó el disparo de Castellanos desde 25 metros.
A partir de ahí Cagliari empieza a tomar coraje, Luvumbo encuentra espacio por la izquierda y el empate llega de los pies del angoleño gracias a un disparo sucio con la derecha que encuentra el desafortunado desvío de Gila para impedir que Provedel intervenga y dé el gol del empate al equipo de Nicola. Se va al descanso con 1-1. En la segunda parte, Baroni intenta mezclar las cartas eliminando a Noslin por Vecino, cambiamos al 4-3-3. Y la gran oportunidad llega con el uruguayo que, tras la parada de Luperto al cabezazo de Castellanos, se gira sin falta pero aún encuentra el cuerpo del número 6 del Cagliari, confirmando así que la noche no es la más afortunada para la Lazio.
Baroni intenta encontrar el comodín insertando a Pedro, Castellanos vuelve a acercarse a marcar con una volea con la derecha que roza el poste pero no encuentra la portería grande. Quien encuentra, sin embargo, la jugada decisiva es Pellegrini que, en el área, se adelanta a Zortea y gana el penalti que Zaccagni, nada más entrar, convierte, regresando al campo de la mejor manera posible tras la gastroenteritis. lo que le había mantenido fuera de Génova y How.
Los nervios del Cagliari están destrozadosa los pocos segundos Mina recibe la segunda tarjeta amarilla que le provoca la expulsión, Adopo, ya amonestado, protesta y sigue a su compañero al vestuario antes del final del partido. Es la señal de rendición para el Cagliari, que con 9 contra 11 ya no puede ofrecer juego, la Lazio puede lograrlo y conseguir otra victoria que sitúa a los biancocelesti en la tercera plaza junto con Atalanta y Fiorentina, permitiendo a los de Baroni soñar en grande. Mientras Nicola y su equipo no consiguen salir de la zona caliente, sufriendo su tercera derrota consecutiva.
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