En algunas localidades que aún se encuentran en una situación caótica se esperan con impaciencia refuerzos.
El gobierno español anunció este sábado 2 de noviembre el envío de 10.000 soldados y policías adicionales al sureste de España para socorrer a las víctimas y ayudar en la búsqueda de los desaparecidos, cuatro días después del trágico inundaciones que dejaron al menos 211 muertos.
En total, se desplegarán “5.000 militares más” sobre el terreno, de los cuales 4.000 “hoy” y mil “mañana por la mañana”, anunció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un comunicado desde el Palacio de Justicia, su residencia oficial.
Esta cifra eleva a 7.500 el número de militares movilizados en las zonas de catástrofe, lo que supone el “mayor despliegue de fuerzas armadas jamás realizado en España en tiempos de paz”, insistió el jefe del Gobierno, que visitará el domingo las zonas afectadas junto al rey Felipe VI. .
A estos soldados se sumarán 5.000 policías y gendarmes, responsables de apoyar a sus 5.000 colegas que ya están sobre el terreno, según Sánchez. Se esperan con impaciencia refuerzos en algunas localidades que aún se enfrentan a una situación caótica.
“No queda nada”
El mal tiempo “ha provocado la mayor catástrofe natural de la historia reciente de nuestro país”, insistió el Primer Ministro, asegurando que el saldo de las inundaciones asciende ya a “211 muertos”.
Las últimas cifras de los servicios de emergencia, publicadas el viernes por la noche, muestran al menos 207 víctimas, de las cuales 204 en la región de Valencia, dos en Castilla-la-Mancha y una en Andalucía. Un peaje que podría aumentar según las autoridades.
Según los datos de emergencia, se han dado por desaparecidas 1.900 personas pero es muy difícil confirmar esta cifra que corresponde a llamadas al 112 de personas que buscan a sus seres queridos.
En las afueras de Valencia, las operaciones de búsqueda y limpieza continuaron durante toda la jornada, en un ambiente denso. “Ya no queda nada”, dijo a la AFP Mario Silvestre, un vecino de Chiva que se mostró “resignado” a ver los daños.
En su comuna, donde viven unos 17.000 habitantes, no hay soldados, sino gendarmes encargados de patrullar las calles, donde muchas casas están destruidas. “Los políticos prometen mucho pero la ayuda sólo llega cuando llega”, respira este octogenario.
Solidaridad
En una rueda de prensa el sábado por la tarde, el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, anunció una batería de ayudas económicas y el restablecimiento del orden, mientras se denunciaban actos de saqueo en varios comercios que provocaron la detención de 82 personas.
“Hay personas que pueden haberse sentido solas, indefensas, desprotegidas y lo entiendo”, admitió el electo. Pero “quiero mandar un mensaje claro: vamos a ayudar a todos los hogares” que lo necesiten. Continúa: “Estamos enfrentando el desafío de nuestras vidas y vamos a encontrar las soluciones”.
La Generalitat Valenciana, y en particular Carlos Mazón, es objeto de insistentes críticas por haber enviado un mensaje telefónico de alerta tarde a los vecinos el martes, mientras que Aemet había puesto la región en “alerta roja” desde la mañana.
Críticas rechazadas por Mazón, quien asegura que siguió el protocolo vigente y destacó “el espíritu de solidaridad de la población” de su región ante la adversidad.
En los municipios afectados, las muestras de solidaridad continuaron el sábado, especialmente en los suburbios del sur de Valence, donde miles de personas acudieron por la mañana a pie con palas y escobas para apoyar a la población.
El viernes, el número de voluntarios fue tal que las autoridades pidieron a los vecinos que se quedaran en casa y prohibieron la circulación en determinadas vías para evitar que se congestionaran las vías utilizadas por los servicios de emergencia.