Será el sucesor de Michel Der Zakarian, destituido de su cargo tras el naufragio frente a Marsella.
Se vuelve a poner el delantal. Y el traje del salvador. Siete años después de garantizar el mantenimiento del Montpellier, el entrenador Jean-Louis Gasset, personaje importante de La Paillade, se viste del bombero de turno. Información anunciada por la mañana por varios medios y confirmada.
En febrero de 2017 sucedió a Frédéric Hantz. Esta vez toma el relevo de Michel Der Zakarian, despedido de sus funciones el domingo tras el naufragio en Mosson frente al Marsella (0-5). ¿El sitio es más complicado? Sin duda, pero no es el mismo hombre. En ese momento, tuvo que dar un giro al equipo y recuperarse de la muerte de su esposa.
No presente en Grammont para el entrenamiento matutino
Los últimos detalles se resolvieron por la mañana. Al menos Jean-Gasset no estuvo presente esta mañana en Grammont para dirigir su primera sesión. Su futuro grupo, con el joven Othamne Maamma, se contentó con correr cuarenta minutos cerca del centro de entrenamiento. Mousa Tamari, Modibo Sagne y Théo Sainte-Luce hicieron un ligero trote en el campo.
Gasset (70 años) conoce estas misiones de emergencia. El invierno pasado, poco después de un episodio inesperado al frente de Costa de Marfil, se hizo cargo del OM, para completar una temporada con cuatro entrenadores y vivir a priori su última experiencia. Este aficionado al fútbol, siempre alerta, evidentemente no había terminado su historia. Ni el del Montpellier. ¿Podrá rechazar la llamada del club de sus inicios y de la familia Nicollin?
Gasset conoce perfectamente Montpellier. Y corresponde al perfil elaborado el domingo por la noche por el presidente Laurent Nicollin. “ “Intentaremos encontrar un entrenador que quiera ensuciarse las manos y que tenga nuestro ADN”. explicó. Hijo del amigo de Louis Nicollin, Gasset inició toda su carrera en Montpellier. La de jugador, entrenador, asistente de Kasperzak o Gili, y la de entrenador (1998-99).
Conocimiento táctico, proximidad a los jugadores.
Conocido por su saber táctico y su proximidad a los jugadores, este técnico se vio obligado a abandonar Montpellier al día siguiente de una dolorosa ausencia para demostrar sus habilidades y ser reconocido. Fue durante mucho tiempo más que un ayudante de Laurent Blanc, en Burdeos (2007-10), en la selección francesa (2010-12) y en París (2013-16), antes de empezar de nuevo al final de su carrera como número uno. 1. Particularmente en Saint-Etienne, donde se cruzó con Wahbi Khazri y Arnaud Nordin.
Sus vínculos indestructibles con la familia Nicollin, su profundo conocimiento del club de Hérault y su reputación como técnico le dan vía libre para hacerse cargo de un equipo sin resultados y sintiéndose mal consigo mismo. “Lo encontré a veces en Montpellier, pero no lo conozco realmente. Después de haber hablado de ello con algunos socios, sé muy bien lo que puede aportar a un equipo; es un muy buen entrenador que puede cambiar la cara de un equipo”. El equipo en semana y media está cerca de los jugadores para dejarles claro lo que quiere ver sobre el terreno de juego. El centrocampista y subcampeón olímpico Joris Chotard fue juzgado el invierno pasado, antes de encontrarse con él en el banquillo del OM.
Gasset afronta un proyecto serio. Un equipo caído hasta el último puesto, una defensa hecha jirones, una plantilla diezmada por las lesiones y un club consumido por las tensiones bajo el efecto de una pesadilla conocida desde hace nueve años. Su aura no estará de más para recrear una unión sagrada entre todos los jugadores del equipo. Para Gasset, como para Der Zakarian, el único remedio es ganar.