Lamentablemente, nuestra Ligue 1 no destacó este fin de semana por las razones adecuadas. Los cánticos homofóbicos surgieron masivamente en la previa del Clásico del sábado en el Parque de los Príncipes, “lanzamientos de proyectiles” de los aficionados del Marsella contra la policía el domingo en Montpellier (según el prefecto de Hérault), no eran necesarios más para presionar al Ministro del Interior a reaccionar rápidamente.
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El domingo por la tarde, Bruno Retailleau envió un largo mensaje en su cuenta X: “También esta tarde, durante el partido Montpellier/Marsella, una violencia injustificable ha empañado la imagen del fútbol. Ya no podemos tolerar que cada semana el deporte sea escenario de actos intolerables. Por mi parte, no lo toleraré”.
Por este motivo, anuncia que, junto con el ministro de Deportes, Gil Avérous, y Othman Nasrou, secretario de Estado encargado de la lucha contra la discriminación, reunirá esta semana a las autoridades del fútbol francés “para tomar las medidas necesarias para el retorno del orden en los estadios y al margen de los partidos”.
Aunque el estadio visitante finalmente quedó vacío, la tensión fue alta el domingo en La Mosson por cada uno de los cinco goles del Marsella, ya que muchos aficionados del OM se encontraban por todo el estadio, entre los aficionados del Montpellier.
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