Dominique de Villepin: ¿mercader de ideas, hombre de paja o simplemente ingenuo?

Dominique de Villepin: ¿mercader de ideas, hombre de paja o simplemente ingenuo?
Dominique de Villepin: ¿mercader de ideas, hombre de paja o simplemente ingenuo?
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Quien prefiere pagar la modesta multa de 3.000 euros anuales para que el estado de su fortuna esté a salvo de los curiosos se ha reunido este año en secreto con el mal reelegido Abdelmadjid Tebboune y con altos funcionarios argelinos. Desde entonces, las posturas acomodaticias y los enfoques complacientes hacia el régimen de Argel se han multiplicado, a veces en detrimento de la propia Francia. ¿Ha caído Argelia en la tenue brecha que separa a Dominique de Villepin y Villepin International?

Él jura: sus clientes no tienen “ninguno” efecto en sus declaraciones públicas, “Sus consejos geopolíticos sobre la evolución del mundo son una palabra absolutamente abierta que no contiene ningún elemento de influencia o conflicto de intereses”su empresa Villepin International no se ocupa de “potencias extranjeras”. Mientras las tensiones diplomáticas entre París y Argel siguen aumentando, sobre todo después de las acusaciones de genocidio formuladas por el Presidente mal reelegido Abdelmadjid Tebboune contra Francia, el ex Primer Ministro Dominique de Villepin aumenta el número de declaraciones improvisadas, sin ninguna consideración real de la situación cuestiones subyacentes.

Durante su discurso, el lunes 7 de octubre del Franciainfode Villepin lamentó que Argelia se haya convertido en el “chivo expiatorio” de algunos problemas franceses, en particular en materia de inmigración, afirmación que parece eludir parte de la realidad. Argelia, que se beneficia desde hace tiempo de un estatuto especial en Francia, en particular gracias a los acuerdos de 1968, ha mostrado una notable reticencia a colaborar en cuestiones esenciales como el retorno de los argelinos en situación irregular. Al sugerir que Francia es la única responsable de las tensiones actuales, Dominique de Villepin parece ignorar el enorme papel que desempeña Argel en este impasse.

Además, la reiterada exigencia de Villepin de que Francia “debería pedir perdón” derramar “crímenes cometidos durante la colonización” Parece sintomático de un enfoque unilateral hacia la reconciliación, que París rechaza. Recientemente, en Argel, durante una conferencia, de Villepin defendió la importancia de lo que llamó “Disculpa francesa”afirmando que este proceso es necesario “para curar las heridas de la historia”. Sin embargo, esta postura de perdón, insisten los observadores, parece oscurecer los esfuerzos ya emprendidos por Francia bajo presidencias sucesivas. El ejemplo del reconocimiento por parte de Emmanuel Macron de los asesinatos de Maurice Audin y Ali Boumendjel muestra que Francia no ha eludido su responsabilidad, pero De Villepin parece exigir cada vez más contrición, sin reciprocidad aparente por parte de Argelia, en particular por la violencia perpetrada contra los pieds-noirs o los harkis.

Chantaje argelino permanente

El enfrentamiento alimentado por Argel hacia París se ha vuelto flagrante: “Éramos una población de unos cuatro millones, y 132 años después éramos sólo nueve millones. Hubo un genocidio”tronó Tebboune por primera vez, acusando, durante una entrevista televisiva, a un “minoría odiosa” en Francia para obstaculizar cualquier avance en la cuestión de la memoria.

Otro punto abordado de manera cínica es la cuestión de los ensayos nucleares franceses en Argelia. Tebboune exigió que Francia “limpia los sitios de pruebas nucleares”llevado a cabo entre 1960 y 1966, Francia llevó a cabo diecisiete ensayos nucleares en varios emplazamientos del Sáhara argelino. También mencionó el acuerdo franco-argelino de 1968 que, según él, se convirtió en un “Estándarte detrás del cual marcha el ejército de extremistas” de derecha en Francia, que pretenden derogarlo.

Argelia, ¿árbitro en la cuestión del Sáhara?

Otro aspecto problemático de la posición de Villepin es su “crítica” está implícito en el apoyo, ahora claro e inequívoco, de Francia al plan marroquí de autonomía sobre la cuestión del Sahara, apoyo que ha tensado aún más las relaciones entre París y Argel. Villepin cree que París debería haber “hacer esto en conjunto con Argelia”. Sorpresa: así fue. El Ministerio de Asuntos Exteriores argelino reaccionó expresando “gran pesar y profunda desaprobación” de Argel ante la evolución de la posición francesa sobre el Sáhara antes de que fuera oficializada. Argel amenazó a París con “sacará todas las consecuencias que se derivan de esta decisión francesa y de la que sólo el gobierno francés asume plena y completa responsabilidad” a través de un comunicado de prensa que lamenta “apoyo inequívoco e incondicional [de la France] al plan de autonomía del Sáhara en el marco de la soberanía marroquí”.

Francia ha afirmado sin dudar que “La cuestión del Sáhara es existencial para Marruecos y para todos los marroquíes” y dio luz verde a la instalación de empresas en las provincias saharianas, un fuerte gesto simbólico. De Villepin oscurece así el hecho de que Francia, como potencia diplomática autónoma, también tiene alianzas estratégicas que preservar, en particular con Marruecos. Su postura a favor de una consulta sistemática con Argel denota una visión rígida del multilateralismo, donde Argelia, a pesar de sus errores políticos y sus estados de ánimo impredecibles, sería árbitro, incluso guardián del equilibrio político y observador imparcial en cuestiones regionales donde sus intereses se contraponen a los de de sus vecinos. Esta persistencia en el diálogo con Argel, incluso a pesar de profundas diferencias, refleja una forma sin precedentes de capitulación diplomática.

La discreción en torno al encuentro privado que tuvo lugar hace unos meses entre Dominique de Villepin y Abdelmadjid Tebboune, denunciada por Inteligencia de Áfricaplantea dudas sobre la naturaleza exacta de estos intercambios. Durante su último balance, Villepin International registró una facturación de 4,6 millones de euros y un beneficio de 2,6 millones de euros en el año de su creación. ¿Está Argelia entrando ahora en el «plan de negocio» de esta oficina? Como recordatorio, Argelia ha estado librando una guerra diplomática contra Marruecos desde mediados de noviembre de 2020 tras el despliegue de las fuerzas armadas marroquíes en una zona de amortiguación en el extremo sur del Sahara para desalojar a los separatistas terroristas apoyados por Argel. Estos bloquearon la única ruta comercial hacia África Occidental, un eje vital que Rabat ahora ha asegurado.

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