DESCRIPCIÓN – Entre un contexto presupuestario muy tenso y las fuertes expectativas de los franceses en términos de eficiencia de los servicios públicos, el Primer Ministro podría realizar un verdadero cambio de dirección respecto a sus predecesores.
Este castaño había desaparecido de los discursos políticos. Pero en estos tiempos de escasez presupuestaria, discretamente vuelve a la mesa. Si bien el gobierno pretende ahorrar unos 60 mil millones de euros en el presupuesto para 2025 –incluidos 40 mil millones de euros en gasto estatal– la función pública podría ser uno de los objetivos elegidos para reducir los costos. Más concretamente, se dice a Bercy que el proyecto de ley de finanzas para 2025 podría reducir el número de funcionarios.
Se trata, pues, de un cambio de rumbo lo que parece estar dando el gobierno de Michel Barnier. Porque si Emmanuel Macron ciertamente había planeado la eliminación de 120.000 puestos de funcionarios durante la campaña presidencial de 2017, la promesa desapareció en 2022. Por el contrario, el año de su reelección, Francia tenía 178.000 empleados públicos más que cuando llegó a la presidencia. Elíseo, incluidos 96.000 funcionarios públicos. Es más, la primavera pasada, el entorno del entonces Ministro de la Función Pública, Stanislas Guerini, argumentó que por parte del Gobierno había habido “una conciencia de la necesidad de fortalecer la eficiencia de los servicios públicos, y esto requiere un aumento del personal”.
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