“Él no es un padre. Quizás por sangre, pero nada más”. Ésta es la pobre imagen de Dennis Rodman con su propia hija, Trinity. Esta última, de 22 años, habló de su relación con su ilustre –y sulfuroso– padre en el podcast “Call Her Daddy”.
Nacida de la unión entre el exjugador de baloncesto de los Chicago Bulls y Michelle Moyer, Trinity Rodman se dio a conocer en Estados Unidos, donde se abrió paso como futbolista. Coronada campeona de la Liga Nacional de Fútbol Femenino en su primer año entre los grandes, en 2021, la delantera del Washington Spirit se unió rápidamente a la selección estadounidense con la que ganó la medalla de oro en los últimos Juegos Olímpicos de París.
Una familia dejada atrás
Puede que Trinity Rodman se haya convertido en una atleta consumada, pero todavía tiene que lidiar con el gran peso de su apellido. Esto es aún más difícil de soportar porque alberga resentimiento hacia su padre. “Es un ser humano extremadamente egoísta”, dice Trinity Rodman en “Call Her Daddy”.
La joven afirma que ella y su hermano Dennis Thayne (conocido como “DJ”), un año mayor, sufrieron la ausencia de Dennis Rodman y la poca atención que este les brindaba. Especialmente después del divorcio de Michelle Moyer, en 2012: “Antes, le daba dinero a mi mamá y nos dejaba vivir un poco. Pero cuando se produjo el divorcio, se dijo: ‘Vete a la mierda’.
Luego sumida en problemas económicos, Trinity Rodman dice que se vio obligada a vivir durante un tiempo en un coche, luego en un motel y compartir habitación con su madre cuando era adolescente. “Intentamos vivir con él, pero hace fiestas las 24 horas del día, los 7 días de la semana, trae chicas al azar”, se lamenta.
apariencia interesada
Trinity Rodman también recuerda aquella vez, durante su primera temporada profesional, en la que vio a su padre en las gradas durante un partido de campeonato trascendental, después de que no se habían hablado durante meses: “Me puse a llorar en el campo. Estaba tan enojado. Me dije a mí mismo: “Me quitaste este momento de felicidad. Me jugaste otra vez”.
Al sonar el pitido final, el jugador de Washington rompió a llorar en brazos del cinco veces campeón de la NBA. ¿El primer paso hacia la reconciliación? “Después de eso, silencio de radio. No lo vi hasta… este año, interrumpe con amargura. Fui estúpido al pensar que esto iba a ser una especie de nueva chispa. Desde entonces, perdí toda esperanza de recuperarlo”.
De este episodio, Trinity Rodman extrae una triste observación: “Aparece cada vez que quiere ser filmado. En este partido creo que quería aclarar su conciencia y asegurar que los medios informaron que había ido a ver a su hija.
Esta salida no pasó desapercibida para el principal interesado, que escribió un texto en forma de mea culpa en Instagram: “Lamento no haber sido el padre que querías que fuera, pero lo intenté de todos modos, no Todavía lo estoy intentando y nunca pararé. […] Siempre tuve un deseo, que mis hijos me llamaran y vinieran a verme. Espero que esto se haga realidad algún día. Todavía estoy intentando levantar el teléfono, tienes mi número, me ves llamando. Todavía estoy aquí”. “PD: te veo jugar todo el tiempo”, añade Dennis Rodman.
“Una broma”, respondió secamente su hija.
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