Por qué Carlos III retiró su orden real al carnicero de Balmoral

Por qué Carlos III retiró su orden real al carnicero de Balmoral
Por qué Carlos III retiró su orden real al carnicero de Balmoral
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Para John Sinclair, la decepción es inmensa. El hacha cayó anoche, 18 de diciembre de 2024, cuando el Palacio de Buckingham dio a conocer la nueva lista de órdenes reales otorgadas por el rey Carlos III y la reina Camilla. No figura en la lista HM Sheridan’s Butcher’s, del que John es copropietario, ubicado a 12 minutos del Castillo de Balmoral en Bridge Street, una de las calles principales del pueblo de Ballater. Ella perdió su Royal Warrant, una auténtica etiqueta de excelencia, y para él es una tragedia casi personal.

Una larga historia de embutidos

En 1969, el mundo entero lo descubrió con la emisión en la BBC del documental Familia real La pasión del Príncipe Felipe por la barbacoa. Al duque de Edimburgo le encantaba, durante los veranos escoceses que pasaba con su familia en Balmoral, asar salchichas a orillas del río Dee. Hasta el punto de que en el homenaje a su abuelo, desvelado tras su muerte en 2021, el príncipe Harry le llama “el maestro de la barbacoa”.

Proveedor oficial de la casa real desde 1987, la carnicería HM Sheridan tuvo el honor de recibir dos autorizaciones reales: una en nombre de la reina Isabel II y la otra de su heredero, el príncipe Carlos. La casa estaba muy orgullosa de que su receta de “salchicha especial” hubiera conquistado los palacios del clan Windsor y, en ocasiones, proporcionara cordero para grandes reuniones familiares. Incluso había recibido una orden final de la Reina apenas unos días antes de su muerte…

Pero después de casi cuatro décadas de confianza renovada cada cinco años (los mandatos reales se conceden a priori por cinco años, pero pueden retirarse antes si la calidad disminuye), Carlos III optó por poner fin a esta antigua relación. Cuestión de criterios.

Carlos, el Rey Verde

El soberano no bromea con lo que se pone en el plato. Si su tratamiento contra el cáncer le ha empujado a revisar algunos de sus hábitos alimentarios -ahora se toma un descanso a la hora de comer para picar algo-, Carlos III no ha olvidado sus valores y principios básicos. Profundamente comprometido con la defensa de la naturaleza y el medio ambiente, se asegura de comer lo más local posible, de temporada y por supuesto, lo más ecológico posible. Pero ahí es donde radica el problema: la carne de Sheridan no es 100% orgánica. Un punto en el que el rey no hace concesiones, como nos explicó su yerno Tom Parker Bowles, que lo considera “un héroe de la cuestión alimentaria”.

Este punto es el único que John Sinclair ve para explicar la degradación de su carnicería. “Aquí es muy difícil conseguir carne 100% ecológica, estamos en medio de la nada”, lamenta en las columnas de Correo diario. La casa intentó en vano apelar esta decisión, escribiendo una solicitud al palacio. Los tiempos cambian, la monarquía evoluciona, ¿podrá la carnicería Ballater hacer lo mismo? Esta sería una de las pequeñas victorias del reinado de Carlos III, el rey de los productos ecológicos.

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