Aunque todavía son jóvenes, ¡a los hijos de William y Kate no les faltan talentos! A los seis años, Louis ya es un baterista estrella, y Charlotte (que cumplirá 10 años el próximo mes de mayo) es una apasionada del ballet, siguiendo el ejemplo de su difunta abuela paterna, Lady Diana. Pero fue su bisabuela, Isabel II, quien legó a la princesita un talento social más original, como acaba de revelar a la revista el autor real Phil Dampier. Hola ! : “Me han dicho que Charlotte también heredó de la difunta reina una brillante habilidad para imitar a personajes famosos. Esto debería resultar útil en Navidad, cuando la realeza se reúne en Sandringham para jugar charadas”.
De Churchill a Boris Yeltsin: el arte de la parodia dominado a la perfección por Elisabeth
De hecho, varios de sus biógrafos habían señalado los dones paródicos de Su Graciosa Majestad, aunque ella sólo los ejerciera en un ambiente estrictamente privado. “La reina Isabel”, continúa Phil Dampier, “hacía morir de risa a su familia con sus imitaciones de figuras políticas, en particular el presidente estadounidense o el ex líder ruso Boris Yeltsin”. Según Sally Bedell Smith, autora deIsabel la Reina, La vida de un monarca modernola soberana también contó con Winston Churchill en su repertorio, que interpretó a la perfección, para gran alegría de quienes la rodeaban. Este aspecto oculto de su personaje revela su sentido del humor y su capacidad para aligerar el ambiente.
Por su parte, Graham Turner, en Isabel la mujer y la reinacuenta que cuando era adolescente, durante la Segunda Guerra Mundial, reproducía el sonido de las sirenas antiaéreas, de una manera realista y divertida a pesar de la gravedad de la época. Lady Pamela Hicks, prima del duque de Edimburgo, confirmó en una entrevista que Isabel sabía “captar perfectamente las voces y gestos de varios funcionarios y dignatarios”. Finalmente, el periodista Gyles Brandreth, en Felipe e Isabel: retrato de un matrimonio realinforma que la reina adoptó fácilmente acentos como los de los escoceses o los cockneys, las clases trabajadoras de Londres.
Estas anécdotas ilustran la capacidad de la difunta reina para combinar la fantasía real bajo una apariencia pública muy formal y su imagen de gran dignidad. Deseamos que su bisnieta también logre tal alquimia.
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