No más risas. En el bar del tribunal, este miércoles, Pierre Palmade no se enfrentará a un público hilarante y conquistado. Pero muchos magistrados se encargaron de juzgarlo. Y sobre todo, del lado de la parte civil, habrá una familia destrozada. Un padre hecho pedazos, que no sabe si algún día podrá volver a trabajar. Un niño que, de operación en operación, pierde sus estudios y pierde a sus amigos. Y sobre todo una cuñada que hoy debería ser madre de un niño de dieciocho meses, y que sólo tiene una cuna vacía para llorar. Corresponde a la justicia poner palabras y frases a lo que parece un enorme desperdicio.
¿Pierre Palmadé? Fue el fuego fatuo de los 90, el que nos hizo reír jugando a punks extravagantes o malos jugadores de scrabble. Con sólo 20 años, esta persona mágica y dotada hacía malabares con palabras, expresiones faciales, acentos, radiografiando la escoria de nuestra sociedad con una brillantez devastadora. En su momento trabajó con los más grandes, apareció en el cine, deslumbró, sedujo, conquistó. Muy rápidamente lo adoramos. Sin duda, demasiado rápido, y así el niño mimado se convirtió en niño mimado. Terminamos adivinando que detrás de los chistes había un gran sufrimiento. Homosexual (lo revelaría más tarde), se casó con Véronique Sanson en 1995. Un matrimonio surrealista, casi burlesco, pero que sin embargo selló la unión de dos personas destrozadas en la vida que querían repararse mutuamente. Esto no funcionará por mucho tiempo. Detrás de escena, sus seres queridos lo ven tambalearse. Los defectos de Palmade son tan enormes que lo sumergen en adicciones. Alcohol, cocaína y luego drogas sintéticas. Una espiral de la que nada ni nadie podrá arrancarle. Hasta la tragedia del 10 de febrero.
El impacto de esta tragedia habrá reavivado los debates sobre la seguridad vial. Así surgió el concepto de homicidio vial, cuando el homicidio involuntario va acompañado de faltas de precaución, como el consumo de alcohol o drogas. La ley, aprobada posteriormente, no se aplicará a Pierre Palmade. Asimismo, para este caso se descartó la noción misma de homicidio, porque el bebé al no haber nacido no es, ante la ley, persona. Podemos imaginar entonces la frustración de la parte civil, sobre todo porque, implícitamente, siempre quedará la cuestión de si las estrellas pueden beneficiarse de un régimen preferencial o no…
Por lo tanto, nos sumergiremos en una prueba dolorosa, a ambos lados del listón. Sobre todo desde que Pierre Palmade, a la edad de 8 años, perdió a su padre en un accidente de tráfico. Siempre al límite, el defecto… Y hoy nos preguntamos qué preguntas le hará el pequeño que fue al adulto en el que se ha convertido.