Béatrice de la Boulaye, que actúa junto a Sonia Rolland en Trópicos criminales durante seis temporadas, ahora realiza su primera actuación en solitario. Aborda el acoso escolar que sufrió cuando era adolescente y su cáncer de mama.
heroína de la serie Trópicos criminales Junto a Sonia Rolland desde 2019, Béatrice de la Boulaye se lanza, a los 43 años, a su primera actuación en solitario. Noble Heroínasel espectáculo del que la actriz habla como un “Fase del yo que usaba especialmente en las cenas.“, aborda el acoso escolar del que fue víctima durante su adolescencia así como el cáncer de mama que la afectó en 2020. Entrevistada por nuestros compañeros deAquí París Para su edición de este miércoles 6 de noviembre, Béatrice de la Boulaye aceptó hablar de su enfermedad. “Sin el confinamiento que me dejó tiempo libre para hacer exámenes y sin el celo de algunos médicos, no lo habríamos detectado.“, confió primero.
“Decir la palabra cáncer pone el pie en la tumba“: Béatrice de la Boulaye habla de su enfermedad
“¡Mis senos habían perdido dos pisos!“, bromea Béatrice de la Boulaye cuando nuestros colegas deAquí París paralelo a su deseo de reducción de senos y su detección de cáncer de mama, los cuales ocurrieron al mismo tiempo. “Entonces comencé a descubrir (para una reducción de senos, nota del editor) cuándo Me diagnosticaron un carcinoma de 2 milímetros bastante agresivo que requirió una mastectomía en el lado derecho.. Fue bastante vertiginoso. Eventualmente, Tuve la suerte de solucionarlo tan sencillo, sin quimioterapia, con una operación. El problema es que decir la palabra cáncer es poner el pie en la tumba.“, continuó la actriz, madre de una niña de 10 años.
“Ya no tengo un pecho real a la derecha.“: Béatrice de la Boulaye habla de su mastectomía
A nuestros colegas que le preguntaron si era obvio aceptar este nuevo cuerpo, Béatrice de la Boulaye -cuyo marido, cuyo nombre es Guillaume de Tonquédec, es primo lejano del actor de No hagas esto, no hagas aquello – responde: “Este es el primer paso. Lo asimilé tan rápido que el cirujano pensó que lo negaba. Me encantó de inmediato este nuevo cuerpo. La silueta se respeta pero desnuda, es más delicada y muy diferente en cuanto a sensualidad. Ya no tengo un seno real a la derecha, sino una prótesis, con una gran cicatriz en el medio. Y me tuvieron que tatuar la areola…“. Y para continuar, sobre un tema aún más íntimo: “Mi marido me admitió que no había sido tan fácil acostumbrarse. Pero todo es superable cuando estamos juntos. Soy amado más allá de eso. Y sólo puedo recomendar la detección temprana.“.
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