El resto después del anuncio.
Es la partida de una leyenda de la música y si a menudo estuvo a la sombra de estrellas como Michael Jackson, a quien ayudó a abrirse paso en el mundo entero, también tuvo sus éxitos personales, como el tubo. alma bossa nova. La leyenda murió este domingo 3 de noviembre cerca de Los Ángeles, dejando un legado precioso a Rashida Jones y sus otros 6 hijos y si era muy popular en los Estados Unidos, la nativa de Chicago amaba mucho a Francia y iba a menudo a Saint-Tropez.
Fue allí donde entabló estrecha amistad con una figura emblemática de la ciudad, un productor musical como él, el famoso Eddie Barclay. mientras aprendemos Mónaco-mañana Este martes 5 de noviembre, Quincy Jones también fue muy amigable con la última y octava esposa de este último, a saber Carolina Barclaycasada de 1988 a 1998 con el hombre que falleció en 2005 a la edad de 84 años. “Es muy difícil despertar con esta noticia.. Los mensajes desde Estados Unidos no cesan. Lo volví a tener en videollamada hace poco más de un mes. Estaba débil, caminaba despacio, pero que yo sepa no estaba enfermo y estaba en su sano juicio… Me quedé con él el año pasado en Los Ángeles. Miramos estas miles de fotos llenas de recuerdos”explica la mujer de 58 años a nuestros compañeros para evocar sus últimos recuerdos con la estrella estadounidense.
Quincy Jones le propuso matrimonio a Caroline Barclay
El productor Quincy Jones, que demandó a Sony por 10 millones de dólares tras la muerte de Michael Jackson, era amigo de la pareja Barclay desde hacía mucho tiempo. “Lo conocí cuando entré en la vida de Eddie Barclay en 1986.. Cada verano, Quincy iba al Festival de Jazz de Montreux, del que era coproductor. Pasamos nuestro tiempo allí con él, rodeados de artistas. Momentos fabulosos”recuerda Caroline Barclay, antes de continuar: “Luego volvió con nosotros a Saint-Tropez para supuestamente ‘descansar’ (risas), pero en realidad Seguimos en modo fiesta porque le encantaba salir a discotecas.ya sea en Les Caves du Roy, donde en aquel momento se alojaba el Barclay’s Club, o luego en casa de Jean-Roch, a quien quería mucho. ¡Bebiendo por las noches hasta que dejó de beber hace unos diez años!
Una amistad duradera que permitió a Caroline Barclay codearse con la élite de las estrellas americanas. “Tener a Quincy Jones en casa en Ramatuelle significaba necesariamente visitar a todos sus amigos artistas. Desde Jack Nicholson hasta Liza Minnelli, pasando por Elton John y los más grandes jazzistas, mientras Eddie le presentaba a Picasso, Bardot e incluso Sinatra en Mónaco”.confiesa. Y si para este último se trataba de una amistad platónica, evidentemente al productor estadounidense le hubiera gustado que llegara más lejos entre ellos: “Era un padre fantástico, pero también un mujeriego. Él mismo me propuso matrimonio (risas), lo cual me sorprendió muchísimo porque lo amaba con un amor incondicional, pero no físico. Era más como una familia. Una figura paterna”.