(Nueva York) El rapero canadiense Drake mantiene su conflicto legal con el estadounidense Kendrick Lamar al atacar este miércoles por difamación a su sello conjunto Universal Music Group (UMG), en medio de acusaciones de pedofilia.
Las dos estrellas del hip-hop han sido rivales durante años y lanzaron varios temas mordaces en 2024 para criticarse y atacarse mutuamente, una práctica clásica de este género cultural y musical.
El canadiense Aubrey Drake Graham, de 38 años, ya había acusado a finales de noviembre a UMG de haber inflado las escuchas del californiano Kendrick Lamar, de 37 años, en las plataformas y de haberlo difamado, en dos procedimientos en Nueva York y Texas.
No se trataba de denuncias formales, sino de primeros pasos procesales antes de una posible acción judicial.
Esta vez, en una demanda civil ante un tribunal federal de Manhattan, Drake acusa a Universal de haber “aprobado, publicado y lanzado una campaña para crear ‘rumor’ viral a partir de una canción de rap”.
Esta supuesta campaña de desprestigio “tenía como objetivo crear acusaciones falsas de que Drake era un criminal pedófilo y sugería que el público debería responder” boicoteando al canadiense, según esta denuncia consultada por la AFP.
en la pieza no como nosotrosKendrick Lamar, ganador de un prestigioso premio Pulitzer, acusa a Drake de tener relaciones con niñas menores de edad y lo llama “pedófilo”.
El canadiense responde que su discográfica conjunta ha elegido “el beneficio de la empresa por encima de la seguridad y el bienestar de sus artistas”.
Denuncia haber sido objeto de “amenazas físicas” (en mayo, un guardia de seguridad de su propiedad en Toronto resultó herido a tiros) y de haber sido “bombardeado por acoso en línea”.
no como nosotrosque superó los 900 millones de reproducciones en Spotify, se convirtió en uno de los temas más populares del artista y recibió varias nominaciones en los próximos premios Grammy, incluida la de Mejor Canción del Año.
Kendrick Lamar también fue elegido para realizar el concierto de medio tiempo del Super Bowl a principios de febrero en Nueva Orleans, un inmenso privilegio para un artista en Estados Unidos.
Universal Music Group prometió en un comunicado de prensa “proteger (a sus) colaboradores y (su) reputación” y negó “cualquier acto de difamación” pasado y presente.
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