“Ninguna otra tierra”, permiso para deconstruir – Libération

Filmado entre 2019 y 2023 en Cisjordania, el documental cofirmado por un cuarteto israelí-palestino relata la valiente resistencia de los habitantes de Masafer Yatta, sofocados por la colonización del Estado hebreo.

“Nos convierten en extranjeros en nuestro propio país”. Los residentes de Masafer Yatta llevan décadas luchando, bajo la presión constante del ejército israelí y de los colonos establecidos en las alturas de la comuna, para permanecer en sus hogares y en sus tierras. Es en esta aldea palestina, un conjunto de aldeas no lejos de Hebrón, en Cisjordania (“Este pedazo de tierra que ni siquiera tiene nombre de país”, como lo llama el escritor Karim Kattan en el Palacio de las Dos Colinas), un lugar declarado “zona de entrenamiento militar” por Israel en 1980 con el objetivo de expulsar a quienes allí habitan, donde Basel Adra, uno de los autores y personajes principales de Ninguna otra tierra. Tiene 23 años al principio de la película, rodada entre 2019 y 2023 y cofirmada por cuatro personas que forman un colectivo: Basel Adra, el activista Hamdan Ballal, que también vive en el pueblo, y dos israelíes, la directora Rachel. Szor y el periodista Yuval Abraham, otra figura central de la película.

Porque muy rápidamente en Ninguna otra tierraBasel Adra y Yuval Abraham se convierten en Basel y Yuval, personajes documentales: es la historia de su encuentro, su amistad y su alianza, en un contexto de resistencia de los habitantes locales. Tienen la misma edad, el mismo deseo de felicidad y justicia, pero ni los mismos derechos.