En Burdeos, talleres de pastelería vegana como alternativa a la pastelería tradicional.

En Burdeos, talleres de pastelería vegana como alternativa a la pastelería tradicional.
En Burdeos, talleres de pastelería vegana como alternativa a la pastelería tradicional.
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“No quiero oír eso de ‘para un pastel vegano’, está bueno”, sino simplemente: “Está bueno”. » En el taller Cerise verte, donde Ignacio Robledo imparte clases de repostería vegetal –sin productos animales– desde hace dos años, esta filosofía está en el centro de su enfoque. Originario de Chile, el pastelero, formado en su país natal, se esfuerza por promover la repostería refinada, inspirada en la tradición francesa, pero enteramente vegana.

Inicialmente, sus talleres atrajeron a un 95% de participantes veganos, por motivos éticos o por intolerancias alimentarias. Hoy en día acude allí más gente curiosa. Este domingo 22 de diciembre, cuatro participantes se reunieron en el taller situado en Cours Pasteur de Burdeos para elaborar un rollito de hojaldre de clementina, avellanas y vainilla, en nueve pasos.

No más difícil

Leches vegetales para sustituir la leche de vaca, aceites vegetales en lugar de mantequilla, o incluso jugo de cocción de garbanzos para sustituir los huevos batidos… Existen muchas alternativas a los ingredientes tradicionales de la repostería. “Yo uso el jugo de los frijoles rojos para hacer mousses de chocolate. Ha sorprendido a más de uno”, confiesa Véronique, que lleva diez años explorando la repostería vegetal.


Inicialmente, sus talleres atraían principalmente a veganos, pero hoy en día acuden muchos curiosos.

Laurent Theillet / SO

A su lado, Élodie ya participa en su quinta clase, después del taller de galletas y tiramisú. “En Burdeos no hay mucha repostería vegana y las recetas que se encuentran en Internet no siempre son buenas”, afirma la bordelesa. La repostería vegetal “se puede aprender, pero no es más difícil”, afirma Ignacio. “Lo bueno es que hay mucha libertad en la repostería vegana, ya que hace diez años no existía nada. Se va desarrollando poco a poco pero aún queda mucho camino por recorrer. »

Rabeb, que participa en su primera clase “por curiosidad”, se lame los dedos, sabor ganache batido con avellanas: “Realmente no sentimos la diferencia. Y es más, nos vamos con nuestro tronco de Navidad. »

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