lo esencial
Lionel Ozanne es restaurador en Villeneuve-sur-Lot. Originario de las Landas, tuvo “suerte” de aprender el oficio junto al icono de la gastronomía Maïté, fallecido este fin de semana a los 86 años.
Los recuerdos resurgen para Lionel Ozanne. El restaurador de Villeneuve-sur-Lot, como todos, se enteró de la muerte de un rostro conocido de la gastronomía, Maïté. Con la diferencia de que pudo codearse con ella y verla trabajando, en las cocinas del restaurante de Rion-des-Landes. Estamos a mediados de los años 80. El joven Lionel tiene 16 años, ingresa en el instituto del hotel Capbreton. En su primer año, se hace amigo del sobrino del famoso restaurador. “Era el hijo de su hermano, que había muerto. Fue Maïté quien lo crió”, recuerda el jefe de L’Oustal en Villeneuve.
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El pueblo de sus padres es vecino del de Rion. Luego lo invitan, el fin de semana, a conocer a la mujer que oficia el espectáculo “La cocina de los Mosqueteros”. “Cogí mi ciclomotor y fui a su restaurante. Ella acababa de empezar a ver televisión y yo la ayudaba con el montaje. » Toda una época, donde ve desfilar todos los productos que han hecho la reputación de las Landas. “Con ella aprendí a cocinar anguilas”, sonríe Lionel Ozanne.
“Una dama con un gran corazón”
“Era una rica cocina campestre”, continúa el Villeneuvois. “Había mantequilla, grasa. Y cosas que ahora ya no servimos, como el hortelano o la becada”. La primera vez que conoció a Maïté, el joven Lionel no se lo estaba pasando muy bien. “A ella la cortaron dos veces como a mí, no fue fácil. Pero no estaba allí por el dinero, estaba allí para aprender”. Ella siempre trabajó con este espíritu de familia.
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Rápidamente surge la complicidad. “¡Estabas aprendiendo y riendo!” Ella era verdaderamente una dama con un gran corazón y un corazón generoso. Cuando tenías una pregunta, ella siempre respondía. Es una oportunidad”. Maïté no había asistido a una escuela de cocina, pero le transmitió el amor por el producto. “Todo estaba sano y venía de la zona. Acababan de matar el primer pato que cociné. Era otra época. Se basaba en: lo metes y lo pruebas. Nunca tuvo una estrella, pero es una auténtica personalidad culinaria. »
También vio la generosidad del restaurador de las Landas. A pesar de su impresionante descaro – “cuando gritaba, no se inmutaba” – mostró una rara hospitalidad. “Algunos no podían pagar, ella les atendió de todos modos. » El restaurante Rion-des-Landes era como Maïté, generoso en todos los sentidos de la palabra. Valores, amor por el buen producto que siempre tuvo en su mente y en su forma de hacer las cosas.
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