Llevó la cocina a las pantallas, la gastronomía a la televisión. Con su acento, su autenticidad, su conocimiento de nuestros terruños, Maïté se había convertido en un personaje de nuestra cultura popular, amado por todos, la encarnación de nuestro saber hacer francés. Su muerte es la de una mujer que, a través de la cocina, transmitió también valores de compartir, de arraigo, de fraternidad.
Nacida el 2 de junio de 1938 en Rion-des-Landes, Marie-Thérèse Ordonez comenzó una vida en los carriles de la SNCF, para la que trabajaban sus padres y su marido. Allí fue contratada como locutora, una metáfora de su carrera a seguir: caminar por los senderos de la tierra, usando su voz atronadora para captar la atención de la audiencia. Retirada de la SNCF, la que todos llamaban “Maïté” se convirtió en cocinera, inicialmente de forma voluntaria, dependiendo de la evolución de la vida local y asociativa. En 1983, Maïté fue descubierta durante un reportaje sobre los jugadores de rugby del club de Rion, la Jeunesse sportif rionnaise, donde jugaba su hijo, por el director Patrice Pellot, como ella del suroeste.
Al inicio del curso escolar de 1983, comenzó “La cocina de los mosqueteros”: a dúo con la productora Micheline Banzet, Maïté entretenía cada día en su cocina y pronto, a partir de 1988, en los estudios de France 3 Aquitaine o en los suyos propios. Restaurante en Río. Farsas, capones, armagnac y pollos flambeados, anguilas y foie gras, la cocina de Maïté ha encantado durante doce años a millones de espectadores, asombrados por la energía, la franqueza y el humor de una mujer que nunca deja de contar. En una época en la que reinaba una “nueva cocina” que profesaba pureza, su cocina iba a contracorriente. En un momento en que la gastronomía francesa se modernizaba, la cocina se industrializaba y la economía se globalizaba, su defensa de los terruños fue también parte de una resistencia alegre y amistosa. Tomando el relevo de la cocina televisiva, siguiendo los pasos de Raymond Oliver, pero siendo la primera mujer descubierta así, dirigió un programa semanal hasta 1999. Convertida en una figura popular con una voz inimitable, Maïté también fue Actriz y autora de libros para el público en general. Estrella en París, dirigió hasta 2015 dos restaurantes en Rion, llamados, a su manera, sin afectaciones, “chez Maïté”. Hasta el final, esta cocinera fue para su familia y para todos los franceses una transmisora incansable de pasiones.
El Presidente de la República y su esposa saludan la memoria de una mujer que fue pionera en la televisión y que, invitándose al almuerzo de las familias en Francia, se ganó un lugar en nuestros corazones. Envían su más sentido pésame a su familia, a sus seres queridos y a quienes lo amaron.