CRÍTICA – Inspirándose en la película de 1987 protagonizada por Patrick Swayze y Jennifer Gray, este espectáculo, a medio camino entre el teatro y la comedia musical, se presenta en el Dôme de París hasta el 26 de enero.
Blusas anudadas, zapatos de cuero brillante, faldas de lunares y pantalones de cintura alta, el musical baile sucio lleva al público al despreocupado verano de 1963. Una época en la que la elegancia era un asunto cotidiano, cuando las estancias en complejos turísticos como el de Kellerman encarnaban el sueño americano.
Se abre el telón de esta reposición en francés del espectáculo inspirado en la película de 1987. Bébé, interpretada por Justine Marec, llega con su familia, Houseman, al lugar de vacaciones. « Pero es horrible. Mamá, debería haber traído mis zapatillas de ballet rosas. »dice Lisa, la hermana de Baby. « Aún así no vas a convertirlo en una enfermedad. »responde su padre médico. No entres en el juego de los siete errores: la primera escena presenta una reproducción fiel de la película. Las líneas y los gestos se repiten como pasos de baile, hasta esta correa que se desliza sobre el hombro de Baby durante la escena en…
Este artículo está reservado para suscriptores. Te queda un 73% por descubrir.
¿Quieres leer más?
Desbloquea todos los elementos inmediatamente. Sin compromiso.
¿Ya estás suscrito? Acceso