¡Un “Código de Cine” para frenar el monopolio! [INTÉGRAL]

¡Un “Código de Cine” para frenar el monopolio! [INTÉGRAL]
¡Un “Código de Cine” para frenar el monopolio! [INTÉGRAL]
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Adoptado en segunda lectura por una amplia mayoría, el proyecto de ley nº 18.23 relativo a la industria cinematográfica, que reorganiza también el Centro Cinematográfico Marroquí (CCM), se prepara para su publicación en el Boletín Oficial. Apodado “Código del Cine”, este ambicioso texto encarna la visión reformadora de Mohamed Mehdi Bensaïd, ministro de Juventud, Cultura y Comunicación, desde su llegada al frente del ministerio.

Fruto de un diálogo profundo y de una consulta sin precedentes, el proyecto requirió 40 reuniones y casi 160 horas de discusiones con la Secretaría General del Gobierno. Refleja las expectativas de los profesionales del sector al integrar el 95% de las demandas resultantes de las consultas sectoriales. Una reforma largamente esperada, como explica Mohamed Khouna, presidente de la Comisión de Apoyo a la Digitalización y Modernización de las Salas de Cine del CCM: “La última ley sobre el cine, que data de 1970, nunca fue realmente revisada. El nuevo texto marca una modernización imprescindible para adaptar el ecosistema cinematográfico a las realidades actuales.

Con tal alcance, este proyecto de ley promete dar nueva vida a la industria cinematográfica marroquí, reformando sus bases y estimulando su dinámica de crecimiento. “Esta ley traerá transparencia a todo el ecosistema. También permitirá a los inversores, especialmente a los nuevos, considerar el Reino desde una perspectiva diferente y más atractiva”, subraya Mohamed Khouna.

Operación y distribución: En el centro de las reformas

Presentado como un verdadero “Código del Cine”, el proyecto de ley n° 18.23 reúne por primera vez todas las disposiciones dispersas que hasta ahora regían la industria cinematográfica marroquí. Entre sus principales innovaciones se encuentra el Artículo 23, que aborda un desequilibrio estructural de larga data en el mercado de distribución de películas marroquí. Este artículo ahora prohíbe a una empresa de distribución de películas poseer u operar directamente salas de cine o tener acciones en empresas que operen dichas salas. El objetivo declarado es claro: restablecer la competencia leal y revitalizar la cadena de valor del sector.

Entre los primeros en reaccionar ante esta medida, el grupo francés Megarama, actor dominante en el panorama cinematográfico marroquí, no ocultó su preocupación. Con 48 salas, es decir, casi dos tercios del parque nacional, y con un 82% de los ingresos por entradas en 2023, Megarama representa una cuota importante del mercado con el 35% de las películas distribuidas el año pasado. Ante estos cambios, su presidente fundador, Jean-Pierre Lemoine, afirmó, en una declaración al diario francés Le Monde, que estaba “en shock” e incluso se plantea la venta total o parcial de sus salas en Marruecos: “Después Después de haber invertido millones de euros en este país durante más de veinte años, me siento tratado como un paria.

Sin embargo, esta reforma no se considera una sanción, sino una oportunidad de reequilibrio, según Mohamed Khouna, también director general de Facility Event y de su filial Film Event Consulting activa en Marruecos, especializada en la distribución cinematográfica. “Esto no es un castigo para Megarama ni para otros jugadores dominantes. Es una respuesta necesaria para restaurar la equidad en un ecosistema desequilibrado”, explica. Khouna señala que el monopolio ejercido por determinados distribuidores ha marginado fuertemente a los profesionales marroquíes, privándolos de oportunidades económicas y creativas. “Durante años, los distribuidores locales como Imane Sbahi o Mohamed Alaoui han visto colapsar sus actividades por falta de espacio en el mercado. Este proyecto de ley da esperanza e inspiración a estos actores al estimular la diversidad y la vitalidad del sector”, añade convencido.

Una reestructuración del CCM centrada en la exportación internacional

Las nuevas disposiciones de la legislación parecen haber encontrado una respuesta favorable entre los profesionales. Según Mohamed Khouna, “toda la producción acogió la ley con los brazos abiertos”. Desde su nombramiento en enero de 2023, Abdelaziz Bouzdaini, director del Centro Cinematográfico Marroquí (CCM), se ha dado a sí mismo la misión de reorganizar profundamente la institución. Su objetivo es pasar página sobre prácticas consideradas opacas y establecer una gestión más orientada hacia la transparencia y el rendimiento.

Al multiplicar los encuentros y las colaboraciones en el extranjero, Bouzdaini refleja un cambio estratégico: la exportación del cine marroquí. Como representante activo en los principales festivales como Cannes, el Festival de Venecia o el Festival de Annecy, busca posicionar las producciones nacionales en los mercados internacionales, una ambición imprescindible para la industria.

Sin embargo, persisten obstáculos estructurales, como señala Mohamed Khouna: “Cuando se financia una película marroquí, el verdadero problema es la falta de un apoyo equivalente al de otros países”. De hecho, más allá de los subsidios de la CCM y los fondos propios de los productores, los recursos son limitados. “A nivel internacional, sobre todo en Francia, una película sigue un camino constante: distribución en salas, plataformas VOD, canales de televisión… Este circuito garantiza su longevidad. En Marruecos, por falta de cronología mediática y de financiación adecuada, una película puede desaparecer tras su estreno en salas.

La exportación se convierte entonces en una cuestión crucial. “El acceso a circuitos extranjeros es fundamental para promocionar nuestras obras”, añade Khouna. Este desafío, combinado con las ambiciones mostradas por Bouzdaini, refleja un momento crucial para el cine marroquí: el de su reinvención y su influencia más allá de las fronteras.

Esta ambiciosa reforma, plasmada en el proyecto de ley nº 18.23, ofrece a la industria cinematográfica marroquí un marco renovado, capaz de estimular la competitividad, la diversidad y el atractivo del sector. Si bien persisten desafíos, particularmente en términos de financiación y distribución de películas nacionales, el impacto de estas nuevas disposiciones ya se está sintiendo. Dan esperanza a los actores locales y posicionan al mismo tiempo el cine marroquí en la escena internacional. El camino sigue plagado de obstáculos, pero esta reorganización del sector marca sin duda un punto de inflexión decisivo para el futuro de la producción cinematográfica en Marruecos.

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