“Near Chaos”, de Simon Bréan y Guillaume Bridet: todos los colapsos imaginables

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PRODUCCIONES PBNJ/MEZCLA DE IMÁGENES/PHOTONONSTOP

“Cerca del Caos. Cuando la literatura nos prepara para lo peor”, de Simon Bréan y Guillaume Bridet, Hermann, “Savoir lettres”, 312 p., 25 €, digital 17 €.

Es raro bautizar un nuevo género literario. “Near Chaos” (“al borde del caos”) es el término con el que Simon Bréan y Guillaume Bridet, profesores de la Sorbonne-Nouvelle, reúnen una cincuentena de novelas publicadas en el siglo XXI.mi siglo y cuya acción se desarrolla en un futuro próximo. Toma del poder por parte de extremistas, guerra de guerrillas urbana, desastre ecológico…: todas las ansiedades sociales de nuestro tiempo son llevadas al extremo.

Dentro Morirás como los demás., de Denis Cheynet (Rue Fromentin, 2018), todo el sistema social colapsa: se acaban los alimentos y el agua y se instala la anarquía. En realidad, los recursos naturales ya estaban agotados; allá “gran debacle” no ha hecho más que amplificar una situación – la nuestra – que se ha vuelto dramática debido a la financiarización de la economía, al consumismo estupefacto o a la negligencia del Estado… Aquí, ningún mundo salvado por una persona común y corriente, como en Hollywood. Reina el “sálvese quien pueda” y sólo queda una certeza: “Tu turno también llegará. »

Género a la vez “diagnóstico” y “profético”, la novela Near Chaos tiene como horizonte el fin: fin de la democracia, de nuestras instituciones, del modelo tecnocientífico… Fin, sobre todo, de toda solidaridad. Sin embargo, no del todo, porque si ya no hay nada más que esperar de las autoridades, aparecen nuevas formas de comunidad, como en despues del mundode Antoinette Rychner (Buchet-Chastel, 2020).

A la debacle generalizada, algunos personajes, de hecho, se oponen como lema: “Unámonos y mostrémonos consuelo unos a otros. » Seguimos a un pequeño grupo en busca de una comunidad dispuesta a acogerlos. Sin embargo, la supervivencia sólo es posible bajo ciertas condiciones. Ciertamente, el ideal de una democracia directa y (cuasi) igualitaria parece alcanzable y las profesiones asistenciales, tanto de los seres humanos como de la naturaleza, adquieren toda su importancia. Sin embargo, ante la amenaza de hambruna, el grupo se ve excluido y vuelve a sus andanzas.

Las historias de Jérôme Leroy o Michel Houellebecq no son novelas de anticipación –ningún invento científico que nos proyecte hacia el futuro– ni novelas con tesis: ante la catástrofe actual, ninguna utopía resiste. Todos ellos se sitúan en una especie de presente extendido, hipertrofiado, donde surge la pregunta de si no es ya demasiado tarde. ¿Se trata de alertar, denunciar o incluso exorcizar? El caos prometido es tal que las funciones tradicionales de la novela realista quedan desdibujadas.

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