En el mismo correo electrónico, un portavoz de Weinstein, Juda Engelmayer, recuerda que su cliente “sufre numerosas enfermedades, incluida leucemia” y “falta de atención médica”, lo que equivale a “un mal trato que constituye un castigo cruel e inusual”.
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Weinstein ya había sido hospitalizado de urgencia en septiembre para una “cirugía cardíaca” antes de ser reencarcelado.
Luego compareció ante un tribunal de Manhattan para audiencias procesales, la última vez a finales de octubre en silla de ruedas, pálido y visiblemente disminuido.
El exjefe de los estudios Miramax deberá ser juzgado de nuevo en 2025 en Nueva York tras la contundente anulación el pasado mes de abril por un tribunal de apelaciones de su condena en 2020 a 23 años de prisión por la violación de una actriz, Jessica Mann, y la agresión sexual de una asistente de producción, Mimi Haleyi.
Estaba previsto que comenzara un nuevo juicio el 12 de noviembre, pero mientras tanto los fiscales de Manhattan lo habían acusado de otra presunta agresión sexual en un hotel de Manhattan en la primavera de 2006, cargo del que se declaró inocente y solicitó un juicio separado.
La próxima audiencia procesal se llevará a cabo el 29 de enero para fijar normalmente la fecha del juicio para todo el proceso.
Aunque su condena en Nueva York fue anulada, Harvey Weinstein sigue encarcelado porque fue sentenciado en 2023 a 16 años de prisión por un tribunal de Los Ángeles por otros casos de violación y agresión sexual.
Las revelaciones de 2017 sobre este antiguo hacedor de reyes en Hollywood desencadenaron la onda expansiva global #Metoo y liberaron las palabras de las víctimas. Más de 80 mujeres lo han acusado de acoso, agresión sexual o violación, entre ellas Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow y Ashley Judd.
