¿Sueñas con ellos?
En un momento, tuve un sueño increíble que volvió con extrema claridad. Yo estaba en la sala de calentamiento, anunciando a los presentes que les iba a enseñar a volar. Corrí, abrí los brazos, salí corriendo.
No te imaginas el bienestar que sentí. Resulta que en ese momento yo estaba haciendo un programa llamado El centauro y el animal con el bailarín japonés de butoh Ko Murobushi. Había un caballo cuyo galope muy suave provocó este sueño.
¿Te imaginas el final de Zingaro?
Necesariamente. ¡Quiero evolucionar! Está la comparsa que, para mí, es efímera. El día que deje de fumar o rompa mi pipa, terminará en un segundo. No podemos retomar el repertorio, ya en nuestra vida. No se puede subir Quimera: cada espectáculo fue hecho a medida para personalidades y caballos que ya no están aquí.
Queda la cuestión del edificio construido para nosotros en 1989 por el arquitecto Patrick Bouchain. ¿Qué hacer con eso? ¿Qué podemos hacer también con el restaurante con todos estos objetos que son restos de nuestras creaciones?
Patrick me dijo que debería quemarlo. Si es para hacer malos espectáculos ecuestres, preferiría que ya no exista.
¿Cómo nació esto? Cabaret del exilio – Mujeres persas?
Este espectáculo forma parte de un ciclo sobre el exilio. El primero estaba dedicado al mundo yiddish, el segundo a los viajeros irlandeses, esos gitanos de Irlanda. El tercero fue centrarse en el arte y el exilio.
Pero quedé atrapada en las noticias, la revuelta de las mujeres en Irán, el destino que enfrentan hoy en Afganistán. Investigué y descubrí que las civilizaciones escitas eran matriarcales.
Se trata de sociedades nómadas, lo que también significa que el caballo es el igualador de géneros. Las mujeres lucharon junto a los hombres. Su revuelta actual se refiere a esta antigua realidad.
Desde fuera, Zingaro parece muy masculino…
Esto es falso. El último bastión de la llamada superioridad masculina era la fuerza.
En nuestra empresa siempre he dicho que no hay diferencia entre hombres y mujeres. Es un humano a caballo.
Es una casualidad, pero actualmente todos los mozos de cuadra, las personas que cuidan la platea y llevan las carretillas, son mujeres. La mayor parte del trabajo físico lo realizan ellos.
¿Qué es lo primero cuando montas un espectáculo como este?
Leo mucho, pero no viajo. No voy a ir al país afectado por el espectáculo. No se puede pretender conocer una cultura pasando allí unos meses, ni siquiera un año.
Prefiero confiar en personas que conocen bien Irán. Leo mucha poesía, por ejemplo. El de las mujeres persas y afganas es sensacional; pienso en particular en Landaysestos poemas relámpago, dos frases mordaces.
Es agudo, sensual y violento. Los encontramos en el programa.